Operación Skyfall

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

La película de M (Judi Dench)

Hace cincuenta años se estrenaba “El satánico Dr.No”, primera película basada en el personaje de James Bond creado por Ian Fleming. Quien entonces lo interpretara, un joven Sean Connery de algo más de 30 años, volvió a personificar al espía 007 varios años seguidos con títulos tan célebres como “De Rusia con amor”, “Dedos de oro”, “Operación trueno” y “Sólo se vive dos veces”.
Y de repente el productor Albert R. Broccoli optó por un cambio radical en 1969 cuando reemplazó a Connery por el ignoto George Lazenby en “Al servicio secreto de su majestad”. Pero dos años después volvió al 007 original con “Los diamantes son eternos” y pareció que la fórmula se repetiría.
No fue así y a partir de 1973 y con notable puntualidad británica cada dos años se estrenaron nuevos films del célebre agente secreto, ahora personificado por Roger Moore. De los siete títulos que compuso el actor de “El santo” rescatamos al menos tres: “La espía que me amó”, “Sólo para sus ojos” y “Octopussy” en 1983. Ese año fue además muy particular pues también se presentó “Nunca digas nunca jamás” con Sean Connery en el rol de 007. Pero como la producción no fue de Broccoli no se lo computa entre los 23 films de la serie que con “007: Operación Skyfall” cumple cincuenta años en 2012.
La historia continuó con Timothy Dalton en dos oportunidades y Pierce Brosnan en otras cuatro a lo largo de otros 15 años en que Barbara Broccoli sucedió a su fallecido padre en 1996. No fueron grandes realizaciones y recién en 2006 con “Casino Royale” y el recambio de Daniel Craig como nuevo Bond se produjo una verdadera resurrección que pareció tambalear con la opaca secuela “007 Quantum of Solace” de 2008. Por suerte en su tercera caracterización como Bond, Craig nos devuelve al mejor 007 en varios años.
“Skyfall”, tal el nombre original remite al pueblo de Escocia donde se supone nació el agente secreto y en donde transcurre la parte final de este nuevo opus. Pero antes de llegar a esta localización la acción habrá mudado varias veces de lugar geográfico, algo habitual en este tipo de producto.
El comienzo es sorprendente con persecuciones en diversos medios de transporte en Estambul, incluyendo su Gran Bazar. La más espectacular será encima de un tren de carga y allí sobrevendrá la primera sorpresa cuando M (Judi Dench) le ordene a una joven agente del MI6 que dispare desde lejos intentando matar al villano. Claro que a esa velocidad y con los cuerpos de ambos combatientes tan juntos, Eve (Naomie Harris) corre el riesgo de no acertar su tiro y quien es alcanzado es nada menos que Bond que cae del convoy al agua. Y en la siguiente escena se la ve a M, su jefa, leyendo su obituario. Han transcurrido apenas unos pocos minutos de las (algo excesivas) casi dos horas y media que dura el film pero no se comete ninguna infidencia al informar que, aunque algo maltrecho, el agente 007 seguirá con vida. De todos modos hay ya aquí varios mensajes, que se vuelven a reiterar más adelante, sobre la fragilidad de la vida y la inseguridad en los tiempos que corren.

La acción se trasladará ahora a Londres con la aparición de un nuevo personaje de la serie, Mallory (Ralph Fiennes), como máximo responsable del servicio de inteligencia. Tendrá sus roces con M, la jefa de Bond, al señalarle que ella ya está en edad de retirarse. Pero una tremenda explosión en las mismas dependencias del MI6, realizada a distancia por un “hacker”, postergará la partida de la mujer. Y la reaparición con vida de su agente llevará a éste a otros destinos sobresaliendo las escenas en China (Shanghai, Macao) y en particular en un vistoso casino. Allí conocerá a una típica chica Bond de sugestivo nombre (Berenice), interpretada en forma algo opaca por la modelo francesa Berenice Marlohe.
Recién a mitad del metraje aparecerá el habitual malvado, de nombre Silva, interpretado por Javier Bardem. Su personaje recuerda en alguna medida a Hanibal Lecter aunque aquí se le ha agregado una cuota de afectación sexual y sobre todo una gran perversidad. Habrá una escena increíblemente filmada en el “tube” de Londres, cuando logre que una formación del subterráneo se le caiga literalmente encima a Bond. Y hacia el final, ya en Skyfall, será el turno de un ataque con un helicóptero de los delincuentes, con música ensordecedora, a la casa natal donde hará su aparición el viejo mayordomo de la familia en gran actuación del veterano Albert Finney.
La dirección estuvo a cargo de Sam Mendes (“Belleza americana”). La fotografía de Roger Deakins realza los aspectos visuales y en roles secundarios debe destacarse a Rory Kinnear (Tanner), cuyo padre Roy se destacó en films como “Help” y “Melody” y Ben Whishaw como el nuevo Q así como la ya mencionada Naomie Harris (“Piratas del Caribe”), cuyo apellido resulta ser Moneypenny, para nostalgia de los adictos a la serie. Para estos este cronista les tira un pequeño “quiz” para el final con varias preguntas: 1) nombre del director que más películas de 007 hizo, 2) qué director de Estados Unidos dirigió alguna/s de las 23 películas de la serie y 3) qué actor o actriz actuó un mayor número de veces a lo largo de toda esta serie, que acaba de celebrar sus primeros 50 años.