Menor y aburrido retorno de la Mamma A veces uno se piensa que el trabajo del crítico es algo maravilloso. Ven las películas antes que uno, tienen funciones especiales para ellos, reciben material promocional, escriben sobre lo que ven...Pero un periodista que se dedica a cubrir cine, tiene que ver todo tipo de films. No sólo los que le gustan, o interesan, sino los que la gente pide. "Big Momma 3" es uno de esos casos en que entrar a la sala es difícil y uno hace esfuerzos sobrehumanos para predisponerse... Y no lo logra. Este es el tipo de cine que más me cuesta ver,...Ojo, me cae bien Martin Lawrence y sin ir más lejos, la saga "Bad Boys" me gusta. No digo que sea buen cine, pero es entretenimiento bien filmado, sin mayores pretenciones. Bueno, aquí, vamos a la que lleva adelante uno de los comediantes más taquilleros de los Estados Unidos. Lawrence factura alrededor de diez millones de dólares por película. Por qué? Bueno, "Big Momma 2" abrió con un box office de 28 millones la primer semana que se estrenó en 2006... Casi 70 en territorio americano y alrededor de 135 internacionalmente, así que era de esperarse una tercera parte donde los bolsillos de todos los involucrados se volvieran a llenar a tope. De eso se trata "La abuela es un peligro 3". De llenarse los bolsillos a tope. Ustedes dirán...¿Por qué hablás tanto de cifras y tan poco de cine? Simple. Este Lawrence es un fenónemo en la taquilla y te puede gustar o no lo que hace, pero los fríos números dicen que a mucha gente, definitivamente le gusta su trabajo. Según datos en las revistas especializadas, nuestro comediante en cuestión quería relanzar la saga y redireccionar un poco el film hacia los adolescentes. Es así que esta parte vuelve a traer los elementos probados que ya han funcionado en las dos anteriores (a ver, en el sentido de que la audiencia los ha aceptado, no que sean dignos de mención) e intenta situarse en un marco que le de un poco de aire a la historia. En esa dirección fue el conocido director John Whitesell, con vasta experiencia en productos masivos (viene de la televisión) y que ya condujo la anterior: pensar una película con mucho gancho para los teens y abrir un mercado nuevo (las anteriores eran más para chicos). Para los que no conocen de que va la saga, Martin Lawrence es Malcolm, un policía honesto que hace un par de films atrás, descubrió que vestirse de mujer grandota y fingir que es una abuela sureña y mandona es buen negocio. Digamos que es su alter ego! Hablando en serio (si esto se puede hacer, cosa que no creo), Malcolm debe recurrir a su disfraz lleno de goma espuma y a kilos de maquillaje para ser una abuela querible, intensa y divertida capaz de resolver las conspiraciones más peligrosas. Bue, tampoco para tanto! Aquí, nuestro amigo está en un operativo para dar con unos delicuentes cuando recibe la noticia de que su hijastro Trent (Brandon T Jackson) ha sido aceptado en la universidad de Duke. Lo que él no sabe, es que Trent se dedica a la música urbana (el rap-hip-hop o lo que sea), y no tiene ninguna intención de ir a cumplir el sueño de su padre. Para colmo, recibe una oferta millonaria para irse de gira con un grupo de jóvenes raperos y si no tiene autorización firmada de Malcolm, no podrá ir. Esto dinamita la relación justo en un momento crítico, accidentalmente Trent es testigo de un asesinato y su padre tendrá doble trabajo: protegerlo de los delincuentes que saben quien es y además, dar con una memoria usb que contiene datos importantes para encerrar a un jefe mafioso. El pendrive está en algún lugar en una escuela de artes, donde padre e hijo irán caracterizados como mujeres (Big Momma y Charmaine). Allí, harán migas con las chicas del lugar, la pasarán bien y tratarán de descubrir quien tiene la memoria para resolver la cuestión. Lo primero que hay que decir, es que Brandon T Jackson le pone mucho ritmo a la cinta. Su habilidad para la música le permite mantener algo de interés y en los cuadros musicales en los que aparece, "Big Momma 3" cobra algo de vida. Hay mucho pop y buen rap en la película y eso ayuda. Es lo que más trabajaron, me atrevería a decir. El resto, gags sobre la desnudez, los problemas para ir al baño, el acoso de algunos hombres a los que les gustan las mujeres entradas en carnes y... No mucho más. Sin embargo, "Big..." se alcanza a soportar, sobre todo porque Lawrence tiene algo de oficio probado y Jackson le pone mucha atención a su rol. Pero el guión (guión???) se puede definir como "espejitos de colores"... No hay nada que valga la pena y solo los fans de la franquicia saldrán satisfechos de la sala. El resto, se preguntará seguramente cómo hizo para venir a ver "Mi abuela es un peligro 3". Sinceramente, quién podría ir a verla en este mercado? Las cifras de recaudación nos darán una idea si estrenarla fue un fracaso o no. En mi humilde opinión, es sólo una pobre y menor comedia a la que el DVD le queda hasta grande, diría...
El combate ideológico parece ganado de antemano! Hay varios colegas que abordaron su enfoque de "Battle Los Angeles" tratando la película exclusivamente por sus valores cinematográficos, despojándola de su ideología y centrándose en su grandilocuencia visual. En este debate acerca de los valores de esta cinta, es difícil ser objetivo ya que el tinte elegido por los productores y guionistas es muy difícil de disfrazar: se la amará o se la odiará, simplemente., sin medias tintas Esto se produce porque "Invasión del mundo...Batalla Los Angeles" es un propuesta de ciencia ficción contaminada de propaganda pro-americana ,al límite de lo tolerable. Es decir, vemos una película de ciencia ficción, pero es tan fuerte lo que aparece como el contexto en el que se da la historia, que a algunos de nosotros termina por vencernos y perdemos la línea de análisis que intentamos venir trabajando. "Battle LA" me puede. A ver, trato de ser objetivo pero pasado cierto punto en el transcurso de la película, uno comienza a sentir que el peso que tienen ciertos diálogos es superior a cualquier valor técnico que pudiera ostentar la cinta en cuestión...En pocas palabras, sentí que me adoctrinaban para alistarme!!! Y la verdad es que son cosas que uno no puede, o debe dejar pasar. Ideológicamente (perdón que vuelva sobre el tema, pero es inevitable), es muy fuerte ver esta película y no estoy convencido que haya razones suficientes para equilibrar su discurso y que sea una más del montón (para bien o para mal). "Battle LA" es la historia de una invasión extraterrestre. Una colonización bien ejecutada y simultánea en varias ciudades del mundo. En pocos minutos nos vamos enterando de que viene la cosa, un grupo de meteoritos se aproxima a la tierra, los militares esperan lo peor y sus hipótesis se confirman en horas: lo que sucede, es, nada menos, una monstruosa invasión de seres del espacio exterior . Organizada y sanguinaria. El sargento Michael Nantz (Aaron Eckhart) será el protagonista de nuestra historia: representará el ideal del sacrificio marine para todos los espectadores desde su misma en escena. Nantz viene golpeado, estuvo en Irak y todo su pelotón fue exterminado, goza de dudosa reputación y nos enteramo que pide la baja porque ya no tiene fuerzas para seguir adelante, el peso del fracaso lo aplasta y quiere abandonar la fuerza. Junto a él, conoceremos a todos los miembros de una unidad dirigida por el teniente Martínez (Ramón Martínez). Cada uno de ellos tiene una situación familiar determinada, movilizante, que los ubica como hombres de bien en la víspera de una poderosa tragedia. Al comenzar la invasión propiamente dicha, todos los cuerpos marine de Los Angeles comienzan a operar en la zona de emergencia, primero como grupo de rescate, luego intentando detener a los alienígenas. Martínez se ve obligado a trabajar junto a Nantz, a pesar de que no confía mucho en él, y junto a un pelotón se adentrarán en territorio enemigo (la ciudad, pero devastada) para investigar algo sucedido en una estación de policía y traer a zona segura a los civiles que hayan quedado con vida. A poco de adentrarse en el foco del combate, se les unirá una sobreviviente de un escuadrón especial, la sargento Santos (Michelle Rodríguez), hábil tiradora que posee informacion útil acerca de lo que pasó en los frentes de batalla de las afueras. El grupo comando marine luchará a brazo partido para cumplir los objetivos fijados y regresar a la base sanos y salvos. A los grandes estudios les gusta esta veta: son películas que recaudan mucho y funcionan siempre, sino fijense en "Skyline! Costó 10 millones de dólares e internacionalmente recaudó más de 60... Y todos sabemos que es malísima. Es más, se hizo con parte del equipo técnico que Sony contrató para esta "Battle LA" (hubo un problema legal hace contra los directores de Skyline). Hay que asumirlo: este tipo de films funciona. El guión de Christopher Bertolini ("La hija del general") está pensado para servir de sostén y coyuntura a las escenas de lucha que encontraremos a cada paso en la cinta. No tiene profundidad, no aporta nada interesante y encima, en los momentos complicados resuelve con sentimentalismo barato o propaganda marine cualquier conflicto. Claro, no podíamos pedirle a la dirección de Johnathan Liebesman grandes cosas (es el hombre detrás de las cámaras en "La masacre de Texas: el incio"), todo se debería subordinar a las arengas patrióticas dichas en tono alto y la bandera flameando como estandarte. Y eso es fuerte de ver. Encima, elige una cámara nerviosa tipo documental para seguir las acciones y llega un momento en que buscamos la bolsita de papel madera para poder descargar tanta nausea generada por el movimiento: es un enfoque cansador, innecesario e inútil. Esto no es "Saving Private Ryan"... Quienes van a salvar al mundo de la invasión extraterrestre serán entonces los marines norteamericanos, hombres plenos de lealtad y patriotismo que dejarán la vida para proteger a la población civil y cumplir con las directivas de su superior. Nos ponemos de pie y aplaudimos. Estados Unidos vuelve a proclamarse la policía del mundo y publicita globalmente su capacidad para enfrentar cualquier ataque que reciba y repelerlo con la peor violencia imaginable. El cuerpo de Marines hace todo bien, riega el terreno de combate con su sangre para convencernos de las bondades de su sistema y deja lugar para que la emoción por su labor crezca y se comparta a lo largo de toda la duración de la película. Hay escenas que son patadas en el hígado para cualquiera y que está bien que sea cine, pero que no podemos aprobar ideológicamente. No amigos, es un film descarnadamente pro-yanqui mal, en el cual el espectador se siente mal por no estar protegido y cuidado por el ejército norteamericano! No se puede hablar mucho de la caracterización que se hace de los alienígenas porque es casi inexistente. Corramos la visión y prendamos las luces de alarma: esta vez, tanto discurso conspira contra el andamiaje de la película y tira por la borda el trabajo técnico del equipo que editó "Battle LA". Sí, tiene muy buen sonido, efectos especiales de primera y buen ritmo de narración. Si pueden abstraerse por completo del discurso, hasta puede que les guste. Quiero decir, quizás pasen un rato entretenido y nada más. A mí, la catarata de mensajes proamericanos me supera. Anula lo que se podría rescatar del film. En definitiva, para quienes buscan una película de acción bien filmada, y pueden "verla" sin prestar atención a los poderosos mensajes que se proyectan para enaltecer el ser norteamericano, es una alternativa. Si son espectadores sutiles que leen entre líneas y ponen en la balanza la intencionalidad del film, es mejor dejarla pasar (y advertir a los distraídos de los valores del film!!!!)...
Orquesta afinada ofreciendo espectáculo de alto nivel En general, cada tanto la cartelera nos regala un film singular. Algo único, quizás no tan original, pero maravillosamente ejecutado y que conmueve. No pasa siempre (este año no recuerdo ninguno, todavía, de ese calibre), pero ha llegado a nuestro país "Le concert", una película elegante, divertida y que nos roba el corazón desde el primer fotograma. Film nominado al Globo de Oro en 2010, arriba con bastante retraso aquí pero es de celebrar que los distribuidores hayan puesto en pantalla una cinta de tanta calidad, sabiendo que su impacto en la taquilla será más que discreto, seguramente. A los argentinos, en general, no nos atrae el cine europeo. Estamos muy influenciados por el pensamiento único, el discurso dominante pro-Hollywood y fuimos educados, desde los tanques de Disney en nuestra niñez hasta las aventuras de Di Caprio, los thrillers de De Niro y Pacino y el cine de acción de Stallone, Schwarzenegger y compañía en la adultez. Eso, sumado a que cuando vamos al cine a ver cine argentino, las películas de relieve terminan siendo dramones de aquellos conectados a...los desaparecidos y la década del 70. La tendencia que siempre nos dio resultado en el exterior. Volviendo a la idea anterior, si esa es nuestra cultura, estamos seteados para ir y dejar de lado el cine europeo. En general, se cree que está reservado a los intelectuales, universitarios y cinéfilos de gusto exótico. Nada que ver. El cine del viejo continente es como el de todas partes, claro, si tiene particularidades regionales (su ritmo de narración lo distingue del americano) pero tiene películas regulares, buenas y malas. Eso si, nuestros distribuidores, eligen cintas ganadoras de festivales internacionales, de directores interesantes pero poco conocidos para el gran público y siempre que se estrena algo de esta geografía hay que prestarle atención. Repito, la filmografía que llega a nuestras salas ha sido seleccionada por gente que sabe y tiene mucho aval y prestigio ganado, por lo que vale echarle una buena mirada cuando se producen esta clase de estrenos. "Le concert", es un exquisito y simpático film de un director al que hay que prestarle atención: Radu Mihaileanu. Rumano, filma aquí con actores rusos y franceses, una historia muy movilizante para el público politizado. Treinta años atrás, un director de orquesta soviético, Andrei Filipov (Aleksey Guskov) en el pico máximo de su carrera ve interrupido su concierto más importante (Tchaikovsky) cuando Brezhnev ingresa en medio del mismo a llamarlo "traidor" y "enemigo del pueblo". Filipov había desobedecido la orden de desafectar de su banda a los músicos judíos, razón que le valió ser expulsado de su puesto y degradado desde lo artístico hasta terminar con su carrera como un simple ordenanza. Cuando comienza el film, Andrei oficia de empleado de limpieza en el Bolshoi, en Moscú. El marco de partida, es indudablemente fuerte. Un artista en el pináculo de su carrera, defendiendo sus convicciones, cae bajo la presión política del régimen soviético de ese entonces. Pero los tiempos han cambiado. Y ya nada es lo que era. Cierto día Filipov, mientras limpia la oficina de su jefe donde trabaja, recibe un fax dirigido a su director, donde se invita a la orquesta a hacer una presentación en París, más precisamente en el teatro de Chatelet. La idea se le viene a la cabeza al instante, rearmar a su viejo grupo de aquel entonces e ir en busca de la reestauración del prestigio de su orquesta, suplantando a la original del Bolshoi. Osado punto de partida, juntar a más de treinta músicos desperdigados por todo Moscú y convencerlos de las bondades de volver a tocar juntos. Ya, instalados en la historia, comienza la diversión: estos sujetos son una postal de la Rusia actual, pobres, usureros, mafiosos... Pero talentosos. Cuando logran plasmar la idea, necesitan un jefe de negociaciones para arreglar lo contractural con los franceses, labor que hará un antiguo enemigo de los músicos y de Filipov que buscará reposicionar el sentimiento comunista en Francia, junto a ellos. El viaje viene madurando. De ahí en más, y sin anticipar mucho (hay mucho y es muy disfrutable), habrá que seguir el derrotero de la orquesta, desde su patria hasta Francia. Y allí, pasar dos días antes del concierto viendo como los sujetos que vienen del este, (rusos que beben en cantidad, judíos que traen caviar para vender, gitanos que comercializan productos truchos, viejos dirigentes que sueñan con reflotar el pensamiento stalinista como bandera, etc) llegan a París dispuestos a hacer la suya , dejando de lado la actividad primordial por la que están ahí -ensayar y prepararse para tocar-. La película trabaja varias puntas, la situación arte versus política; el choque cultural este-oeste y el problema de la identidad y el origen, corporizado por la deliciosa Melanie Laurent, (Anne Marie Jacquet en la película) violinista famosa que desconoce quienes fueron sus padres y las circunstancias en que ellos murieron y que será la solista invitada del evento. Todas ensamblan bien y logran un maridaje perfecto: la película es absolutamente disfrutable y deja satisfecho hasta al público más exigente: el cierre de la misma es para aplaudir de pie, una secuencia de 20 minutos que arrancará lágrimas a más de uno en su butaca. Muchos colegas piensan que es un film correcto, pero no de gran vuelo. A mi me parece que Mihaileanu armó un escenario magnífico y montó su propia orquesta donde todos los instrumentos suenan afinados y se complementan de maravilla. En este cuento del director de orquesta, la audiencia sale de la sala con una amplia sonrisa dibujada en el rostro y eso, amigos, no hay precio de entrada que lo pague. Un film de gran factura que nos transporta al mundo del arte, las ideas y las emociones y que no debemos dejar pasar en cartelera. Ir tranquilos, un concierto inolvidable los espera.
La tercera edad también quiere divertirse En una semana que fue raro haber visto dos estrenos europeos (el otro fue "Le concert", de la que ya hablamos), nos llega desde Italia un film muy interesante (no por nada ganador del Festival de Venecia en 2008) que no pasa desapercibido en cartelera, ya que fue la sorpresa de la semana, llevando mucho público a sus salas, teniendo en cuenta la cantidad de pantallas que tuvo. Gianni Di Gregorio, el director, ha sido reconocido siempre por su trabajo como guionista (hemos visto aquí "Gomorra", que él escribió). Y a los 58 años le llegó la oportunidad de ser el responsable final de su propio proyecto, por primera vez. Junto a Simone Riccardini, escribieron y soñaron esta película y pudieron plasmarla en una interesante obra sobre la tercera edad en vacaciones (época donde todos les escapamos a los viejos). Saben ustedes que la película se llama "Pranzo di ferragosto", alusión clara a la época donde todo el mundo se manda a mudar de sus trabajos y casas y se dispersan por la península y el resto de Europa a pasarla bien, aunque sean sólo 2 días. Un período de receso laboral donde las ciudades más importantes quedan desiertas y aquellos que pueden (que son muchos), salen a disfrutar del verano a pleno (agosto 15, les suena?). Un tema que se da en esta época entonces, es, ¿Qué pasa con los adultos mayores a los que su familia deja en la ciudad mientras ellos salen de vacaciones?. Si bien puede parecer un tema revestido de simpatía y que abre el juego a pensar situaciones divertidas, lo cierto es que encierra una pregunta fuerte, subliminal quizás para algunos (pero muy presente), que está relacionada con el destino de nuestros ancianos. Vivimos en una sociedad donde lo único que sirve es ser joven y los valores que nuestra sociedad de consumo trae atentan contra la protección de las personas de edad. Antropológicamente, sabemos, que las culturas primitivas veneraban el conocimiento de quienes más habían vivido y revestían a esos hombres y mujeres de cuidados especiales. Esto, aquí y ahora, ha cambiado. Los adultos mayores requieren atención, compañía y acompañamiento para seguir viviendo una vida feliz. El tema es si estamos dispuestos a hacernos ese espacio para ofercérselos. Este es el punto basal del relato. Gianni (también protagonista!) es un hombre maduro con problemas económicos. Le gusta la vida cómoda,lo vemos levantando un vasito de vino siempre, tranquilo y tratando de escabullirse de sus acreedores...Vive con una madre despótica y su endeble panorama de ingresos lo lleva a recibir una oferta que no puede rechazar. Como su presente financiero es casi escandaloso, y la situación con el administrador de su consorcio es terminal, éste le ofrece condonar parte de la deuda si cuida a su madre y a su tía durante el "ferragosto" (dos días). Claro, que la cosa no queda ahí. Su amigo y médico de cabecera tiene que estar de guardia en el hospital, entonces le sumará al grupo a su madre, como pedido personal. Resultado, Gianni tendrá que lidiar con cuatro mujeres de personalidad fuerte y particular, tenerlas contentas y felices y deshacerse en estrategias para que la convivencia sea apacible hasta que el feriado termine. Cine italiano, costumbrismo puro, familia, pasta, afecto, bromas, encuadres en espacios reducidos, sonrisas, emoción. Eso es "Pranzo di ferragosto". Una crítica social (quizás), bien presentada y contada en forma de relato luminoso, donde no podemos sino amar a las cuatro viejitas que vemos en pantalla, con especial énfasis en la madre, jugada por Valeria Franciscis y la de Alfonso, Marina Cacciotti. Las mujeres en cuestión, junto a las protagonistas, no tenían experiencia como actrices profesionales. Todo un descubrimiento. La atmósfera donde se desenvuelven está plagada de emoción y nosotros, descendientes de italianos, adoptamos la mirada sin titubear: forma parte de nuestra herencia. Por lo demás, el relato es corto (75 minutos), muy divertido y con diálogos imperdibles, la música suena un tono más del soportable (me recordaba a los ruidos de cantinas, en cierto momento) y todo esto redondea un film muy rico y gustoso para quienes les gusta lo italiano puro, innegablemente intenso, colorido y familiero. Muy buena elección para todo tipo de público.
Existencialismo detrás de las rejas Ultimamente los trabajos de Edward Norton y Robert De Niro venían siendo erráticos. Son dos intérpretes de peso, actores de manual y figuras en cualquier film que elijan ver, pero a veces prefieren trabajos más livianos que no aportan mucho a sus carreras pero si a sus billeteras... Norton hizo "The invention of lying" -mediocre- y "Leaves of grass" no estrenada en Argentina; De Niro, "Everybody's fine" -refrito de un film italiano y "Little Fockers" (sin palabras!). "Stone" es una oportunidad entonces, de verlos juntos, tomandose en serio un guión. Desgraciadamente, el resultado es bastante desparejo. John Curran fue el responsable de dirigirlos, de antecedentes prolijos (me gustó "The painted vail", también junto a Edward Norton) pero de estilo pausado y extremadamente discursivo. Aquí, hace equipo sobre el guión de una de las promesas de la industria, Angus MacLachlan (el escritor de "Junebug" (que tampoco fue distribuída aquí, si mal no recuerdo) para traernos un pseudo thriller de suspenso. En realidad, "Stone" es un estudio sobre el encierro, la religión, el matrimonio, las prohibiciones y los límites, pero si la presentamos así pocos se animarán a verla. Aunque suene extraño, es un drama filosófico, o algo así (intenta), un fresco que profundiza en la conciencia de sujetos que se encuentran unidos por una circunstancia que los atraviesa, y que genera resquebrajamiento de estructuras muy arraigadas en cada uno... En otras palabras, un film de mucho texto y subtexto. Mucho diálogo profundo, mucho encierro, casi podría ser una obra de teatro.. Pero bien, veamos de que se trata... La trama es simple. Jack (De Niro) es un oficial del servicio penitenciario encargado de revisar y evaluar libertades condicionales. Está a punto de jubilarse, y sospechamos por la secuencia de entrada, que hay mucho que lo agobia...Su superiores le piden que vaya cerrando algunos casos que tiene pendientes y preparando el terreno para dejar el trabajo. Uno de esos casos resulta ser el de Gerald "Stone" Creeson (Norton), pirómano que lleva bastantes años en prisión y que espera con ansias abandonar la prisión. Stone está casado con Luccetta (Milla Jovovich) y cuando empieza a tratar con Jack, se da cuenta que si no logra torcer la impresión que el oficial tiene hacia él, está perdido y su caso naufragará. Recurre entonces a su esposa, para pedirle que se acerque a Jack, trate de seducirlo y colaborar con su liberación. Si Jack hace un buen informe y presenta el caso al comité, Stone tendrá serias chances de salir de la cárcel... Hasta ahí uno se imagina un clásico triángulo amoroso, violencia, sexo y crimen. Pero no. Ahí es donde MacLachlan nos sorprende (y no para bien, precisamente), elige salirse del camino tradicional y comenzar a trabajar las emociones y motivaciones que cada personaje tiene en esa maraña de relaciones peligrosas que los atraviesan (a la que se unirá, a su tiempo, la esposa de Jack)... Esto se potencia cuando Curran ralentiza los tiempos de cada secuencia al límite de lo tolerable y deja que los protagonistas se explayen a fondo, desde lo verbal y lo que no lo es, sobre sus miedos y posiciones en la vida. La religión empieza a cobrar importancia, y las creencias de cada uno de ellas se ven desafiadas al extremo, al ver que la manera en que resuelven los conflictos es equivocada. Los planteos morales aparecen y oprimen desde la pantalla y no son de fácil digestión. Para colmo, dentro de la prisión, Stone es testigo de un intento de fuga sangriento y eso termina por detonar su débil lazo con la realidad. Lo que era una película de seducción en apariencia termina en otra dirección, la del drama psicológico carcelario en clave filosófica! Insisto, mucho texto para escuchar que intenta ser atractivo, por la potencia de los actores en cámara pero que no alcanza niveles dramáticos de fuste por su extensión. Cuidado, Norton y De Niro están sólidos y juegan las mejores escenas de la película. Milla Jovovich se pone el traje de femme fatale y enciende todas las mechas a su alrededor: deja las armas (últimamente era siempre noticia por Resident Evil) y muestra su ductilidad y su cuerpo, en dosis paralelas. Hasta Frances Conroy (la esposa de Jack en el film), se luce en sus pocas secuencias. Pero a pesar de que todos ponen lo mejor, el problema es que "Stone" no termina de revestir interés. Es demasiado pasiva, lenta y discursiva. Es es el problema. Y es serio, me atrevo a pensar. Será que el tema no me pareció a priori demasiado interesante, o es que el abordaje no me terminó de cerrar. Si se que entré dispuesto a ver un gran film, y cuando salí, la sensación que me quedó en el cuerpo es haber sido testigo de una buena clase de actuación con un guión aburrido, extenso y hasta innecesario... Si son de seguir los trabajos del dúo masculino de protagonistas, quizás mi opinión no cuente, (van a ir igual a verlo, es como explicar el éxito de "The Rite" cuando la película es mala, los seguidores de Anthony Hopkins revientan la taquilla) pero sino, evaluar seriamente si están dispuestos a adentrarse a "La revelación", en mi opinión un film muy denso que psicoanaliza demasiado una historia que podría ser mas directa y digerible. No es de las películas detrás de las rejas que quedarán en mi memoria por mucho tiempo...
Conducción explosiva Hace un tiempo vi "My bloody Valentine 3D" de Patrick Lussier. La película, no era gran cosa. Recordemos que era una cinta de terror clásico setentosa, potenciada por las bondades de haber sido filmada en 3D. Tenía muy buena atmósfera y un interesante uso de la cámara, sobretodo para aprovechar el formato en el que se trabajaba. Así es que me fui en ese entonces con la impresión de que Lussier le había sacado bastante partido al pobre guión y lo había transformado en algo aceptable. En cierta manera, la industria pensó lo mismo. Le confió seguir la senda de la tercera dimensión, pero esta vez, la idea era contar con un presupuesto más holgado y una super estrella para jugar en las grandes ligas....El mismo Lussier escribió el guión junto a Todd Farmer y se lanzaron a preparar un argumento simple para un film donde primara la acción y se luciera el sistema en cuestión. Así nació "Drive angry", film pensado para impactar desde lo visual, exclusivamente, donde el libro sirviera como excusa para gatillar y detonar. Al proyecto se subió Nicholas Cage, quien ha hecho roles de vengador en oportunidades anteriores. La cinta cuenta la historia de una venganza. Milton (Cage), se ha escapado del infierno (no sabemos cómo, pero nos encantaria haber presenciado ese momento!) y se dirige a buscar a su nieta. La misma, ha sido secuestrada por una secta demoníaca que planea utilizarla para un sacrificio en la próxima luna llena. Lo cierto es que Milton se siente culpable por haber dejado sola a su hija, quien se vinculó sentimentalmente con el líder de ese culto y fue asesinada por negarse a seguir las directivas de la congregación. Este hecho impactó de manera profunda en el protagonista... Milton quiere detener al grupo en cuestión antes de que asesinen a su nieta, pero el tiempo le juega en contra. Además, hay cierta gente que lo busca, por distintas razones... Desde la mirada técnica hay que reconocer que Lussier hace un gran trabajo de cámara. Hay mucha acción, destrucción a granel y una estupenda banda de sonido, plagada de hits relacionados con el heavy metal. Cage le pone la cara a un hombre sin emoción pero que cumple su inexpresivo rol a la perfección: es el abanderado de la violencia. Su heroína, la deliciosa Amber Heard se luce como una mujer normal en situación extraordinaria y aporta al su belleza y destreza física. No deberíamos pedir grandes actuaciones en este tipo de film, pero cumplen. Insistimos, la estrella aquí es la violencia en 3D. Algunos saltos narrativos (desde como empieza el film hasta los flashbacks que explican la historia), un montaje previsible y una edición consciente de qué había que mostrar y cómo. Hay secuencias de explosiones, balaceras, peleas cuerpo a cuerpo y persecuciones en masa. A todas ellas los anteojitos le sacan provecho: para eso se pensó esta película. Digamos esto en pocas palabras, poco 3D se usa para el film adulto, en proporción. Las películas infantiles dominan la escena en este rubro. Bueno, está llegando lentamente un más interesante uso del formato a las salas ampliando el espectro potencial de los espectadores. Esto es bueno y "Drive angry" es muestra de que es posible. Se muestra como una película dispuesta a entretener con buenas armas. Nobles. Y lo logra. No está a la altura de los grandes "shoot' them up", pero se defiende.A los tiros! Una novedad para los amantes del cine de accion, seguramente si lo que buscan es entretenimiento puro, "Drive angry 3D" cumple. Lo que no es poco en este tiempo!
Rec y La Comunidad a la argentina Nicolás Goldbart es un trabajador que tiene muchos años en el medio, fue editor de "Mundo Grúa", premiado por el montaje de "El bonaerense". Este es su primer largo y si bien debo decirles que el film me gustó, tengo bastantes apuntes para compartir sobre el guión. "Fase 7" es una producción nacional de esas que aparecen cada tanto, donde hay mucho profesionalismo, actuaciones solventes y un encuadre modesto, pero aceptable. Un colega decía por radio el jueves "no parece cine argentino"... Creo que eso es atacar a nuestra industria con armas desleales. Si es cierto que "Fase 7" es un film sólido y que pudo llegar hasta el festival de Stiges (cine fantástico) merced a sus destacables atributos (es interesante, por momentos intensa e incuestionablemente está bien contada) no es vara para el cine nacional. En general, (y ya lo dije muchas veces, quienes siguen mi blog lo saben) nuestra cinematografía se luce en el exterior (y es premiada) cuando habla de los desaparecidos y la época de la dictadura militar. También es cierto que el costumbrismo nacional, es lo que mejor hacemos, drama con un toque de comedia. Cuando hablamos de otros géneros, los buenos productos son contados con los dedos de un mano. Hay pocas películas de terror, suspenso (policial) y acción destacable a lo largo de estos ultimos treinta años. Eso sucede porque lo económico tiene su peso, y nuestra tradición nos empuja a transitar caminos seguros y no experimentar. Por eso, sí es valorable y destacable "Fase 7". Es vendible al exterior y si bien gira sobre un tema conocido en el género, lo cierto es que intenta tomar varias puntas de los más destacados títulos de los últimos años y fundirlos con sello propio. El resultado es correcto pero sin mucho vuelo. Veamos, el guión nos presenta a Coco (Daniel Hendler), pareja de Pipi (Jazmín Stuart), quienes viven en un edificio de departamentos en Buenos Aires. Cierto día, se enterarán por la televisión de que una epidemia de gripe A está expandiendose por el mundo. Minutos más tarde, serán convocados por la autoridad sanitaria a la entrada de su edificio: hay un caso allí y el Ministerio de Salud ha decidido poner el lugar en cuarentena. El edificio está sellado y nadie puede entrar ni salir. Coco entonces volverá a su casa, junto al resto de sus vecinos, dispuesto a esperar el curso de los acontecimientos. Con el correr de los días, la situación se agravará y lo que era una espera resignada, pasa a transformarse en una situación de máxima tensión cuando los alimentos empiezan a escasear y las autoridades no dan respuesta a los llamados de la gente. Coco se relacionará con Horario (Yayo), ex militar (o algo parecido), quien tiene en claro como sobrevivir en ese contexto, está armado y aprovisionado para soportar la crisis. En el edificio, otros vecinos comienzan un ataque sobre la casa de Zanutto (Federico Luppi), hombre de dinero que también tiene mucho en su hogar que podría ser compartido. De ahí al caos hay un solo paso. "Fase 7" se inscribe como un mix de varios films importantes del género, a saber: tiene el espíritu de "La comunidad", el encuadre de "Rec", la propagación de "Epidemia" y el tempo de "28 days later". Es imposible no ver las fuertes influencias de esos títulos cuando uno se adentra en la trama. Quizás eso le quita fuerza al tema, ya que el veterano espectador transita por imágenes similares y parte de la resolución de los conflictos se vuelve demasiado previsible. No es que esté mal, pero es inevitable. Daniel Hendler juega el rol que mejor le sale (el hombre simple despistado y desbordado por las situaciones nuevas en las que se requiere decisión), Jazmín Stuart está justa como esposa ansiosa y enojada y la revelación del film es la actuación de Yayo como Horacio, un humorista que aborda un personaje complejo y lo resuelve con gran prestancia. Federico Luppi también está muy bien, pero eso es algo a lo que ya estamos acostumbrados. Como primer largo, es muy bueno. Si les gusta la ciencia ficción, quizás parezca raro recomendar cine nacional, pero es un buen producto. Tiene 20 minutos de más, pero el cierre es algo que le cuesta a cualquier director haciendo sus primeras armas. "Fase 7" es un paso adelante para los films de género en nuestro país y sería bueno apoyarlo sólo por eso, más allá de los valores a los que hacíamos referencia...
Jorrid, intens an sadist He aquí un director controversial. Alejandro González Iñárritu ha generado desde siempre, reacciones encontradas con su trabajo. "Amores perros" y "Babel" han sido premiadas, discutidas y alabadas por la crítica mundial aunque con la llegada de Biutiful, muchos de quienes apoyábamos su línea de trabajo empezamos a pensar que quizás, en algún lugar estabamos equivocados. ¿Cómo definiríamos su cine? Historias corales (aunque esta no lo sea), preferencia por mostrar la fragilidad del cuerpo humano, descenso a los abismos morales, contradicciones intensas en sus personajes, dolor, oscuridad, desconcierto. Se me ocurren muchos más, pero creo que ya tenemos una idea desde donde partir. ¿Es un cine para todos? No, indudablemente. No siento que, como otros directores, uno necesite estar preparado "intelectualmente" para apreciarlo, pero si que uno debe estar predispuesto a sufrir desde la emocionalidad, el mismo camino que los protagonistas de la historia. Iñárritu logra unirnos con la suerte de sus peones y en ese tablero que domina, siempre transitaremos por senderos dolorosos, intensos y lacerantes. Si están dispuestos a ese viaje, quizás "Biutiful" sea una película para que no se pierdan. Estamos en Barcelona, pero una poco cercana a las imágnes bellas que habitualmente conocemos de la ciudad. La Barcelona que nos traen es la que no miramos, la del delito, la pobreza, los adictos, los ilegales y la basura. Alli conoceremos a Uxbal (Javier Bardem), nuestro paladín según el plan de Iñárritu, un pobre tipo que vive una existencia miserable en un barrio marginal. Es padre de dos niños y su mujer es una persona adicta y con severos trastornos psicológicos. Extrañamente, Uxbal posee una especie de cualidad que lo hace unico, puede conectarse con un mundo distinto y percibe la presencia de la muerte a cada instante. Su trabajo no lo ayuda: trata con ilegales inducumentados, africanos y chinos, y sirve de mano de obra barata a unos asiáticos mafiosos que explotan dicha gente en talleres textiles no declarados. Hay rastros de su anterior vida (de la que suponemos que compartió con su esposa el tema de las drogas) y el dinero nunca alcanza, por lo cual hay que trabajar muchas horas sin ver a los niños. Para colmo, le detectan cáncer. Es irreversible y le dan pocos meses de vida. Cuando él entiende la gravedad de su enfermedad, decide cambiar su vida y tratar de dejar sus temas resueltos para cuando no esté. A eso abocará su energía a lo largo de la película. Y ya está. De ahí en más, Irrárritu se hace un festival con lo escabroso y siniestro de la historia. Uxbal se irá muriendo en cámara, mágnificamente interpretado por Bardem, y esto será registrado con una mezcla de crueldad y poesía, cuanto menos, macabra. La degradación física del protagonista y la adversidad constante de lo que tiene que enfrentar son constantes a lo largo del film, y hay que tener mucho estómago para soportarlas. Y lo dice un crítico de cine eh! Era un film especial para este cineasta. Se nota. El director logró reunirse con un equipo técnico maravilloso que apoyó su concepción y revistió a la cinta de un profesionalismo acabado y personal. Pero esto, lejos de enriquecer la mirada, la cerró, inexplicablemente. Sólo mirando la lista de sus colaboradores encontramos a Rodrigo Prieto, (director de fotografia de "Brokeback mountain") y a Gustavo Santaolalla, componiendo una lujosa banda de sonido, así que imaginen... Alejandro González Iñárritu pudo utilizar todo su arsenal para dotar a la historia de la profunidad que quiso. Y contando con estos elementos, potenció todos sus vicios, al punto de que "Biutiful" se convierte en un viaje al dolor puro, sin ningún tipo de matiz (como sí tenían sus trabajos anteriores). Visceral al extremo, sádica hasta el límite de lo tolerable y criminalmente cruel, esta película no es "Biutiful", sino "Agli", como diría mi colega Diego Battle. Un film controversial y una actuación de Javier Bardem inolvidable, sólo si pueden llegar hasta el final de los eternos 148 minutos que dura la proyección. Una operación a corazón abierto, sin anestesia y con los profesionales más sádicos del nosocomio.
Portman todo, lo hace bien Natalie Portman ha dado el salto cualitativo que todos esperábamos en estos últimos años. Siempre fue una actriz sólida, pero en esta etapa, no hay desafío que le quede chico. Es una figura de primera línea y los grandes estudios se pelean por trabajar con ella, ya que su ductilidad le permite ser una actriz todoterreno. Es decir, no hay género donde ella luzca descolocada o de pasos en falso. Está en un momento fantástico de su vida profesional y privada, y se nota. Derrocha talento. Segundo film en cartelera suyo, comedia romántica con la que se toma vacaciones de la intensidad dramática de "The black swan" y explora el género junto a un viejo conocido de la industria, Ivan Reitman. Y está bien, se lo tiene bien ganado.Su director, ha hecho muchas comedias en los dorados 80 ("Cazafantasmas", por ejemplo) y es un veterano con oficio. Tiene olfato para elegir buenos tándems (Bill Murray- Harold Ramis, DeVito-Scharzenegger luego en "Gemelos") y ha producido los suficientes films taquilleros como para saber detectar las buenas asociaciones. Aquí, se acierta claramente con el casting. Cuestión fundamental a la hora de llevar adelante una película taquillera, elegir bien a la pareja principal y por supuesto, rodearla adecuadamente. Pero primero, vamos a la historia. Emma (Portman) es una estudiante de medicina avanzada haciendo su residencia . En general, le cuesta un poco abrirse a las relaciones, en palabras de su hermana, "hace todo lo posible para arruinar a los candidatos perfectos". Bueno, tiene sus temas. Lo cierto es que la etapa en la que está de su profesión no le deja mucho espacio para vida social. Vive con tres amigos y colegas que están en la misma circunstancia, tratar de recibirse en el tiempo estipulado. Esto hace que Emma no quiera comprometerse con alguna relación amorosa. Su energía está toda puesta al servicio de su carrera...Pero, como a cualquier chica de su edad, le pasan cosas con su cuerpo. En su camino aparecerá Adam (Ashton Kutcher), quien estuvo junto a ella hace muchos años y con quien comparte una fría amistad. Se ven cada tanto, accidentalmente, hasta que una noche, Adam, deprimido porque su padre (Kevin Kline) comienza una relación con su ex-novia, se pasa de raya con la bebida y termina en el departamento de Emma. A partir de ese momento, los dos descubrirán que se desean mutuamente y llevarán a cabo acciones para canalizar tanta necesidad. Establecen reglas para evitar enamorarse y se disponen a vivir el desenfreno de su pasión. El tema que se plantea, es, como en muchas clásicas comedias románticas, la amistad entre el hombre y la mujer. Aquí, con una apuesta superior: se puede tener sexo sin involucrarse afectivamente con la otra persona? Es posible mantener una relación exclusivamente en el terreno del cuerpo, negando la conexión más costosa, que es la del corazón?. Otra vez, correcto punto de partida, mérito de Reitman, el tema tiene su interés. Portman se luce, jugando su rol a media máquina, tiene química con Ashton Kutcher y se nota, los dos se divierten y se complementan de memoria. Después de haberlo visto a Kutcher sufriendo con Katherine Heigl en "Killers", esta parece ser su pareja natural. Claro, el momento de la actriz que lo acompaña es fabuloso y eso lo ayuda a dar lo mejor de su escaso repertorio. Sus limitaciones son más que evidentes, pero encuadrado como está aquí, cumple su rol sin fisuras y el espectador compra su aspecto de chico bueno enamorado al segundo fotograma (aquel que repite película a película y que ya conocemos). Si hay que decir, no es un gran guión ni mucho menos. La historia es discreta y de no estar protagonizada por Natalie Portman, seguramente sería un fracaso. Hay lugares comunes, secundarios simpáticos y buena música. Nada del otro mundo. Pero ella está. "No strings attached" es entonces una película aceptable, menor y amigable que funciona como una pausa entre tanta intensidad ofrecida por los films que han sido nominados al Oscar y que pueblan nuestra cartelera. Es de las cintas que esbozamos una tibia sonrisa cuando las vemos y que son mejor disfrutadas, en buena compañía. No hay misterios y tampoco vuelo de altitud. Es un producto digno, sin sorpresas, pero se deja ver. Sirve, indudablemente, para conocer a la actriz que dominará la taquilla durante los próximos años, la maravillosa Natalie Portman. Ella sola justifica ya el precio de la entrada. Buena alternativa en cartera.
No siempre el tiempo es veloz No vamos a descubrir las cualidades de realizador que tiene Danny Boyle. Este inglés fantástico, nos ha regalado cine del mejor a lo largo de su carrera y siempre esperamos sus entregas con expectativas de ver algo bueno, muy bueno y hasta a veces, descollante ("Trainspotting" y "Slumdog millionaire", sin ir más lejos). En esta oportunidad, le atrajo recrear una historia de vida, un caso real de un senderista que pasó 127 horas extraviado y con su brazo atrapado e inmovilizado en una falla del Cañón del Colorado. El sobreviviente relató su experiencia en un libro que sirvió de base al guión que ideó también Danny Boyle. Con gran parte del equipo técnico ganador del Oscar por "Slumdog...", el director decidió conovocar a James Franco para caracterizar el personaje principal y confiar todas sus fichas a que su carisma ayude a sostener el andamiaje de ser prácticamente, el único en escena a lo largo de más de tres cuartos del film. Hay mucha disparidad en las visiones de mis colegas a nivel global sobre esta cinta. Están claramente divididos entre quienes la amaron y quienes no. Y este último grupo se ocupa de establecer sus razones para denostar el film. Veamos, la pregunta ya la veo venir... y vos, "¿de qué lado estás?" pido minuto y tomo aire... Prometo contestar, pero para eso, es justo hacer un breve análisis de las razones que me llevan a tener un juicio particular de "127 horas". Ya dije aquí hay un gran director, un actor principal enorme (hay que ser justos y decir que James Franco es uno de los más dúctiles de la actualidad), una potente y adecuada banda de sonido (compuesta por A.R. Rahman, ganador del Oscar) y una fotografía y montaje bien estructurados y con sobrada calidad. El tema que no me cierra, es, indudablemente, el interés de la historia a ser contada. Aaron Ralston(Franco) es un montañista particular, le gustan los desafíos y los terrenos desolados. Disfruta del aislamiento y la caminata por lugares poco transitados por la gente, en general. Cuando lo conocemos, el está haciendo un trayecto en auto hacia su próximo destino: una desolado paisaje en Utah. Deja su vehículo al final del camino y sigue en mountain bike el sendero hasta terminar adentrándose en lo profundo del lugar, a pie. Nadie sabe dónde está (su familia y amigos) y cuando él cae en un agujero y su brazo quedo atorado entre la pared y una piedra, deberá organizarse para salir con vida del asunto. Está solo, nadie sabe de su paradero y su agua, batería y alimentos no durarán mucho si no organiza un plan de acción. En esa dirección, nuestra mirada como espectador está centrada en su supervivencia y un eventual rescate. En otras palabras, Danny Boyle tendría que mantenernos atentos a la suerte de un protagonista inmóvil durante toda la película, y su trabajo sería encuadrarlo de maneras distintas para que el relato no se vuelva monótono o repetitivo. El director utiliza un arsenal de recursos técnicos para que la espera (hasta la decisión final, tomada en la hora 127) sea interesante y no decaiga la intensidad en el transcurso del tiempo. Juega con la música, se nutre de la held-cam que tiene Aaron y con la cual registra emociones y pensamientos, trae flashbacks familiares, presenta el estado del tiempo, el momento del día... Digamos, Boyle aplica todo lo que tiene para que la acción no decaiga. Pero no lo logra. Como es un film de difícil abordaje (lo importante es el camino, la narración, no el resultado, que ya anticipás cuando te conectás con la historia), los recursos narrativos deberían haber sido superiores a los expuestos. Y no es que no sea alguien que no valore las películas de este estilo. Es más, el año pasado ví "Buried" y dije que era uno de los mejores films del año. Recordemos: un hombre en un ataud, todo el tiempo solo, conectado al mundo por un teléfono inteligente. Nada más. Pero en ese caso, la intensidad de la historia era otra, estábamos en el mismo cuerpo del protagonista y los nudos narrativos eran más claros y atrayentes. No es el caso de "127 horas". Aquí nada pasa, y nada sigue pasando. No importa cuanto intenten distraernos, nada pasa, es así. El film es regular, no hay nada que nos sorprenda ni nada que esperar. Como espectador, estoy un poco aburrido de los slogans del tipo "una historia esperanzadora", "un ejemplo de vida" y similares que utilizan los medios cuando nos quieren vender algo apoyado en supuestos "valores positivos". El cine es entretenimiento, y "127 hours" es aburrida. Sin vueltas. Excepto la escabrosa escena final, el resto es anodino y sin color. En la sala miraba todo el tiempo el reloj, y si bien, no duraba 127 horas, las parecía!! En definitiva, está nominada y tendrá su público bien merecido (o no). Lo que quiero decirles es que lo último de Danny Boyle no es de los trabajos a los que estamos acostumbrados. Y que sería bueno saber que este drama biográfico puede no parecerle de interés a gran parte del público (por ejemplo, a mí!). Si no fuera por la artillería de recursos técnicos, sería mala. Luz amarilla para Danny Boyle (aunque gane un Oscar por esta realización)...