Zonda: folclore argentino

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Vientos de cambio

Con Zonda, el director Carlos Saura parece haber saldado una asignatura pendiente con la música argentina, así lo expresó en una oportunidad al contarle a los periodistas que el folclore argentino lo escuchaba de niño cuando su madre, pianista, ejecutaba piezas como chacareras o sambas para no perder la digitación.

El sentido de homenaje se respira en cada cuadro de este largometraje de no ficción, que reúne a lo más representativo del folclore nacional, desde las tradicionales canciones pasando por otro tipo de interpretaciones más ligadas con la actualidad y la fusión de ritmos e instrumentos. Además, se destaca un homenaje a Mercedes Sosa con el emblemático himno Cambia, todo cambia y otro a Atahualpa Yupanqui, que gracias al trabajo visual a cargo de Félix Monti, director de fotografía -ya convocado por el realizador aragonés en otras oportunidades-, explota en pantalla.

Cada matiz musical, cada ritmo, incluido cuerpos de baile al que la cámara danzante de Saura recorre y no abandona nunca, encuentra en la puesta en escena y de luces un tono singular, mezcla de colores fuertes y cálidos, que fluyen con absoluta armonía en contraste con las sombras que a veces se proyectan en el fondo, o en complemento con las imágenes que se multiplican desde un tríptico que juega con los espejos para resaltar, por ejemplo, los cuerpos en las coreografías concentradas en el baile.

Los convocados al convite de Carlos Saura fueron: Koki y Pajarín Saavedra, Horacio Lavandera, Jaime Torres, el Chaqueño Palavecino, Soledad Pastorutti, Liliana Herrero, Jairo, Los Nocheros, Polo Román, Luis Salinas, Pedro Aznar, el grupo Metabombo, Los Amigos del Chango, Marián Farías Gómez, Juan Falú, Gabo Ferro, Walter Soria y Luciana Jury, quienes aportaron, además de su arte, la riqueza compositiva y melódica de chacareras, sambas, cuecas, vidalas, entre otros ritmos.

La dirección musical, a cargo de Lito Vitale, es otro de los elementos artísticos de primer nivel en Zonda, que cuenta con la cantidad justa de cuadros y el tiempo adecuado para no resultar denso al público, pero con la salvedad que la propuesta no se agota en el regionalismo, sino que pretende trascender y encontrar su público en cada país donde se logre estrenar el último trabajo, hasta la fecha, de Carlos Saura.