Zenitram

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Gran poder requiere gran responsabilidad

El filme de Luis Barone trata sobre un héroe que, en el futuro, hace lo que puede.

Una Argentina posapocalíptica en la que no hay agua potable -y la que se consigue sale carísima-, sin recursos naturales renovables necesita, cómo no, un héroe. Y el que respondería al y ahora ¿quién podría salvarnos? es un basurero despedido, de apellido Martínez que se encuentra con un extraño personaje en los baños de Constitución -algo quedó en pie-. Y ahí, frente a un mingitorio marca Zenitram, el ex recolector de residuos es advertido de que "Sos el elegido", y descubre que tiene superpoderes. Bah, que tomándose los genitales y mencionando su apellido al revés, puede volar. Y desde entonces se encargará de poner las cosas en su lugar.

Si antes quienes detentan el poder no lo ponen a él en su lugar.

Zenitram, hay un argentino que vuela juega con el ámbito y los clisés del cómic, pero no se convierte en uno. Con animación al comienzo, luego las escenas en las que este argentino que vuela y se droga, ayudado por un periodista (Luis Luque), y al que el Presidente (Daniel Fanego) quiere en algún lugar de su gabinete, sale por la vida y por los aires a ayudar a los pobres. Hasta donde le da el cuero.

Surgido de la pluma de Juan Sasturain, el personaje es un loser nato. Juan Minujín, que está trabajando a destajo en el cine nacional, le pone la cuota de gracia ("Un gran poder requiere una gran responsabilidad", dice Zenitram, parafraseando a El Hombre Araña) y no mucho desparpajo a un superhéroe claramente del subdesarrollo. Las líneas que apuntan a la corrupción y la desmedida ambición de las multinacionales están siempre teñidas de humor, con nuestro arquetípico héroe intentado "cambiar el sentido de las aguas"...

Con efectos especiales y chistes de doble sentido, Zenitram, de Luis Barone, nada entre la comedia desembozada y la crítica paródica. Y entre ello, toda una extrañeza es ver a Steven Bauer (el que compartía el protagonismo con Al Pacino en Scarface) como un superéroe estadounidense. Igual, queda claro que el destino de la Patria, si Dios no es argentino, está en ¿buenas? manos.