Yo soy asi, Tita de Buenos Aires

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Es una película con virtudes y desaciertos. Entre sus virtudes, elegir nada menos que a Tita Merello, una de las mujeres más importantes del espectáculo argentino, que atravesó el siglo, que se construyó como mito, talentosa y única. Teresa Constantini eligió como guionista y directora mostrar algo de su infancia, con un episodio de abuso no documentado y sus comienzos en un triste tugurio, su amor por Sandrini y el regreso del exilio en una escena a pura emoción de corte fantástico. Otro acierto es haber elegido a Mercedes Funes como una protagonista que estudio, se entreno, no paro de trabajar desde antes de la confirmación del papel y todo el durante de la filmación: el resultado es una Tita entrañable, que canta como ella, que conmueve. Hay una reconstrucción de época lujosa, cuidada, vistosa, hecha con esmero y mucho presupuesto. Los tantos en contra van desde el casting donde salvo el trabajo conmovedor de Mario Pasik, muchos actores elegidos para roles de personajes muy famosos no cumplen con cierto parecido o presencia del personaje recordado y tiene que ser nombrados en el diálogo para ubicarlos. Hay inevitables omisiones, pero también una manera de ver la relación que tuvo con Sandrini, donde Tita solo queda como la engañada y él como un ser infiel y en un punto despiadado, que no condice con la verdad histórica. Y en otro aspecto es que se trata de un argumento lineal, sin crescendo dramático, que muestra viñetas de la vida de Tita, la relación con su madre (no aparece su hermano) en un acercamiento plano, salvo con el imaginativo y conmovedor final. Tradicional y sin vuelo, pero también por momentos emotiva en especial por la protagonista que tiene una entrega total.