Yo, Sandro

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Sandro fue una pasión de multitudes. Venerado hasta el éxtasis por sus “nenas”. Pero detrás del singular personaje popular hay una historia personal muy poco divulgada, y éste documental intenta dar a conocer al público sus primeros años de vida y de carrera.

A Miguel Mato le llevó 4 años reconstruir la historia, recolectando videos desconocidos, muchos filmados por el mismo Sandro en los distintos viajes que hizo al exterior, además de archivos de películas, revistas, fotos, programas de televisión, etc., todos contados con la voz en off del protagonista y también, está su música, combinados con partes recreadas con actores, locaciones y vestuario de la época de los primeros años Sandro.

El film abarca el período desde que nació hasta su estrellato y consagración, a mediados de la década del ´70, cuando protagonizaba películas, llenaba teatros, hacía recitales en América e incluso en el Madison Square Garden de Nueva York.

La narración es cronológica, bien elaborada, pero técnicamente es una lástima que la voz en off suene tan baja, incluso hay pasajes que se vuelven inaudibles. Además, hay tramos que mientras el cantante habla un tango cubre sus palabras.

Por otra parte, cuando termina la narración sobre la vida y obra de Sandro se corta abruptamente el clima logrado, introduciendo unos comentarios y partes cantadas de Lucecita Benítez y el “Puma” Rodríguez dentro sendos estudios de grabación desluciendo el trabajo previo.

Para conocer al ídolo, al mito de la música popular argentina, que logró cambiar la opinión de muchos detractores y que lo terminen reconociendo, éste documental tiene su utilidad y tal vez sus fanáticas no lo discutan. Pero las fallas técnicas y el agregado final desequilibran el relato de tal modo que desmerece la labor detallada y minuciosa que demandó la realización de esta película.