Yo no me llamo Ruben Blades

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

El testamento

Abner Benaim, realizador de documentales como Empleadas y Patrones (2011) e Invasión (2015), realiza un retrato íntimo y personal sobre la figura del cantante, compositor, músico, actor, abogado, y político panameño, a modo de homenaje por la conmemoración del cincuentenario de su carrera artística que se convierte en un testamento audiovisual.

Nacido en Panamá en 1948, afincado en Nueva York, ganador de 17 premios Grammy, Rubén Blades es uno de las figuras más destacadas de la música latinoamericana contemporánea. Pero esa no es su única profesión. Hombre de las leyes, actor de Hollywood, candidato a Presidente de su país, Ministro de Turismo... la vida del creador de los hits Plástico y Pedro Navaja es un libro lleno de curiosidades sobre las que Benaim indaga a través de la voz del propio protagonista.

El cineasta se introduce en la casa del artista, lo sigue por las giras musicales, habla con colegas, entre ellos Gilberto Santa Rosa, Sting, Paul Simon y René Pérez Joglar, indaga en su archivo, para retratar a un hombre que busca enfrentarse con su propio legado pero también con las complejidades de la fama, con la privacidad de lo público, con la muerte y que utiliza la política como puente para modificar la vida a la gente.

Yo no me llamo Rubén Blades es una película que apunta al clasicismo en la forma de narrar un documental de tono biográfico, que sin asumir demasiados riesgos estéticos baja del altar al "dios" para retratar al hombre, sin maquillaje y con total naturalidad. Lejos del glamour, los flashes y el lujo con las que muchas veces se asocia a las estrellas.