Yo, mi mamá y yo

Crítica de Julio Vega - CineFreaks

Irremediable encuentro con uno mismo

Les garcons et Guillaume á table!, cuyo título local es Yo, mi mamá y yo, es un film de comedia escrito, dirigido y actuado por el propio Guillaume Gallienne, quien narra su aparente vida tras un doble esquema de representación, pues el film se cuenta con un espectáculo teatral que el personaje principal, Guillaume, monta para contar su vida, a través de un racconto cinematográfico. Guillaume vive en el seno de una familia acomodada de París, y es el mayor de tres hermanos, todos varones. Pero a diferencia de sus hermanos, desde chico se inclinó por preferencias menos masculinas y se apegó fervientemente a su impulsiva madre (también interpretada por Guillaume), alcanzando en su adultez a reconocerse como una chica. La familia se completa con su padre, un característico retrógrado y negador a pesar de los intentos de Guillaume por darle a entender su inclinación, nunca logra comprenderlo, pretendiendo que realice deportes y actividades masculinas.

El intrincado esquema psicodramático del personaje permite a la película exponer en tono de comedia el delicado mundo de Guillaume, cargado de burlas y satíricas situaciones durante su adolescencia y su paso a la adultez, en esa permanente búsqueda de plenitud sexual.

Tras diversas situaciones, como ser viajes hacia lugares recónditos de España donde aprende a bailar sevillana, o altercados intentos de atraerle a un compañero de escuela, Guillaume expone sus miedos y trata de demostrar que puede alcanzar la felicidad cargando con ellos. Pero la vuelta la encuentra el mismo Guillaume, quien sorpresivamente se suelta al ruedo de enfrentarlos y hacerse cargo de su temores para romper su estructura mental, y aventurarse a nuevas relaciones.

La película carga con una serie de gags en tono de comedia que entretienen y hacen llevadera la historia, nada particular, de un chico gay en una familia de alta clase francesa. Muy prolija en sus detalles, el mayor exponente de sorpresa gira en torno al peculiar vuelco que le encuentra el autor a la trama del film. El gancho, entonces, es una historia invertida, atravesada por una compleja red de imposiciones familiares. Como resultado da un film original, delicado, y sorpresivo, que se adelanta a ofrecer una salida contundente en la historia, y a entretener durante el rato a la picaresca audiencia.