Yesterday

Crítica de Mariana Mactas - TN - Todo Noticias

La premisa, seguramente, ya la conocés. Y si viste el trailer, tenés la justa sensación de que ya la viste. Jack (Himesh Patel) es un músico mediocre que sufre un accidente durante un extraño y gigantesco apagón. Cuando se recupera, descubre que es el único que parece conocer a los Beatles. Y claro que su vida puede cambiar a puro repertorio de los fab four. El director Danny Boyle y sus guionistas, Jack Barth y Richard Curtis, tienen entre las manos un material doblemente interesante. Por un lado, el potencial para una comedia capaz de superar tanto la anécdota simpática como la consabida parábola del ascenso a la fama. Para explorar un montón de cosas vinculadas a, por ejemplo, los cambios (o continuidades) en los gustos culturales o musicales. Por otro, las extraordinarias canciones.

Pero a medida que pasan los minutos, una sucesión de escenas graciosas basadas en el malentendido central, esas posibilidades se van cayendo como pétalos de una margarita. Ni por ahí, ni por allá: Yesterday prefiere el camino del centro, el seguro, y desdeña los atajos. Así se relata la transformación de Jack, que no es un tipo especialmente interesante, es el chico de pueblo, con una amiga demasiado amiga para pasar a novia, un trabajo en un almacén y sueños musicales, en la nueva gran cosa del pop mundial. Una parábola entretenida, aunque previsible. Que se agota pronto, cuando los chistes se parecen todos a un mismo chiste.

Claro que hay ingredientes divertidos, como el rol de El Sheeran y el de la codiciosa manager americana que compone Kate McKinnon, sacudiéndole el estereotipo con talento y gracia. Pero la comedia romántica más convencional, y una historia de triunfo, a la vieja usanza, se imponen en una serie de curvas argumentales con poco filo. Y con tendencia al almíbar, como confirman algunas decisiones y cameos hacia el desenlace. Pero con canciones de los Beatles, como para "volver a enamorarse". Por lo demás, mejor imitar a los personajes y no fijarse ni preguntar por la banalidad de su incongruencia, sus cabos sueltos y el disparate de todo el asunto.