Yanka

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

Fusión de drama, aventuras, road movie y relato con elementos fantásticos, “Yanka” viene a ocupar un espacio en el segmento de cine argentino dedicado a los adolescentes. El relato está protagonizado por Yanka, una chica que hace años que busca una respuesta a la ausencia de su madre que desapareció cerca del volcán Copahue, en el sur argentino. Todas las respuestas que recibe son ambiguas hasta que un día decide ir con su abuelo a averiguarlo. Allí se encuentra con duendes y seres fantásticos que la ayudan o la perjudican en su búsqueda, hasta encontrarse con el mismísimo Pillán, el espíritu del volcán que está furioso porque ya nadie le rinde honores.

   El filme marca el debut de Maite Lanata como protagonista en el cine después de la repercusión de su personaje de adolescente trans en la serie “100 días para enamorarse”. Lanata, que antes había trabajado en “Mia”, una película que reivindicaba la identidad de género, acierta en la construcción de Yanka como una chica que no acepta un no por respuesta. El director Iván Abello ofrece en su ópera prima un relato bien resuelto en lo formal y con un argumento original al llevar al cine una historia de aventuras y reconciliación con el pasado que involucra la mitología y las ceremonias del pueblo mapuche.