¿Y si vivimos todos juntos?

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Propuesta indecente

Hace algunos meses pudimos ver el enfoque de un grupo de gente de la tercera edad (seguramente alguien que lea va a odiar este encasillamiento, pero cómo decirlo?), ingleses todos ellos, que buscaban en un supuestamente exótico hotel en la India una forma de pasar su vejez de una forma diferente. Esa película deliciosa es "El exótico hotel Marigold" (Critica aquí) con un elenco realmente soñado.
Ahora, un dreamcast con mayor aroma francés pone nuevamente en el ruedo casi el mismo tema, pero planteado desde un enfoque diferente, con una vuelta de tuerca quizás un poco más apuntada a sobrellevar con dignidad y en compañía de los amigos los achaques y las cosas que van apareciendo a medida que pasan los años.

Comparten también en común, el foco principal de atracción del film que es indudablemente el elenco que ha logrado reunirse para tomarse con algo de humor casi autoreferencial, que ya son actores de una vasta trayectoria, actores de la tercera edad (ups, lo dije otra vez!) y sobre todo parece aún más interesante la inclusión dentro del grupo de Jane Fonda, no solamente por la sutil rareza de verla hablar en Francés sino por la vitalidad que exuda en pantalla, tan lejana a representar una septuagenaria.
Por más que tenga los años que tenga -y la cantidad de cirugías que no pueden ocultarse-, se la ve hermosa en pantalla, super fresca y vital (completamente opuesta a la macchieta de una hippie de antaño en el último film de Bruce Beresford, "Peace, Love and Misunderstanding" donde juega el rol de la madre de Katherine Keener cayendo más cerca de una caricatura que de la interpretación mucho más acertada que logra en este film francés).
Y además de Fonda, están aquí también un delicioso Pierre Richard, dos monstruos del cine francés como Claude Rich -divertisimo con su lujuria senil- y Guy Bedos -el cascarrabias del grupo- acompañados por Géraldine Chaplin, todos ellos muy naturales y frescos a la hora de tomarse con un poco de humor, las penurias que deben estar pasando ellos mismos.

La idea de estos sexagenarios (o un poco más...) que han mantenido una amistad por mas de 40 años, de afrontar la vejez viviendo todos juntos a fin de poder sostenerse en una especie de comunidad amistosa tiene en la lectura de Robelin algunos costados demasiado previsibles.
El guión tiene una estructura clásica de los que saben combinar el humor y el drama por partes iguales y dentro del humor, elige un tono simple y directo, mostrando además a este grupo de jubilados en una contraposición subrayada y obvia con el rol que juega dentro de la trama el personaje de Daniel Brühl (a quien vimos en "Good Bye, Lenin" y más recientemente en "Bastardos sin gloria" o "7 días en La Habana"), un auxiliar que se vincula con el personaje de Fonda y de sus charlas saldrá esa conclusión adocenada que el amor, el deseo, el sexo, la pasión, el humor y las ganas de vivir están presentes a cualquier edad, por más insólito que le parezca a los jóvenes.

De la otra orilla, es justamente esa simpleza y ambivalencia de la narración entre la comedia y el drama, lo que le da un valor agregado porque aún con esa "limitación" en un guión más simpático que creativo, consigue el objetivo. Y más allá del registro de comedia liviana con el que el director va narrando la historia, jamás se pierden de vista los temas que aparecen casi inexorablemente en una historia como ésta.
Tanto la enfermedad, como la vejez, el deterioro, los abandonos, la tristeza, aparecen cada uno en su justa medida sin perder de vista el humor pero sin negar este sabor agridulce que también aparece. Y temas que quizás serían más complicados de sostener desde el drama más concreto, se pueden incluso tomar con humor y abrir entonces el tema sin caer en el melodramatismo.
Si bien el guión tiene algunas "fallas" y cae en algunos "sentimentalismos" -dificilmente evitables por el tono elegido-, el elenco absolutamente impecable logra con su frescura, hacer de cada una de las situaciones una clase de actuación y ser ampliamente convicente en esta idea de convivencia mediante una historia liviana, fresca, muy agradable y sin dejar la reflexión completamente de lado.

También el relato se estructura inteligentemente de forma tal que cada uno de los protagonistas pueda tener un momento particular de lucimiento actoral.
Tanto Jane Fonda como Géraldine Chaplin, cada una en su personaje, están absolutamente aprovechadas en todas las tonalidades que les permite el juego y realmente el director sabe explotar sus potencialidades al máximo.

Y por supuesto que el terceto masculino no se queda atrás.
Pierre Richard (ese que nos deleitara con "Alto, Rubio y un zapato negro" "La Carrera de la cebolla" "Mala Pata" y tantas otras comedias famosas) le saca jugo a su papel, quizás el más interesante porque haciendo de este enfermo de Alzheimer un olvidadizo querible, sensible y con momentos realmente muy conmovedores, se roba las mejores escenas de la película.
Claude Rich guarda ciertos secretos compartidos con las dos mujeres del equipo y es pura picardía mientras Guy Bedos, casi en las antípodas, completa el grupo con esa mezcla de cascarrabias y mala onda sin remedio.

Una comedia sobre el tránsito de la vida (no importa la edad) de una forma diferente: absolutamente plena. Y uno sale renovado despues de ver "Y si vivimos todos juntos...?", renovando los votos para honrar la vida como decía Eladia Blazquez.
Una película chiquita, pero encantadora.