X-Men: Días del futuro pasado

Crítica de A. Degrossi - Cine & Medios

Nuevo tiempo

En un recóndito lugar de China se libra una batalla que parece definitiva. Blink, Bishop, Shadowcat y Warpath, son algunos de los mutantes que enfrentan a los enemigos más poderosos que hayan conocido y que ponen en jaque su existencia. Xavier, Magneto, Storm y Wolverine llegan para ayudar y hallar la solución final. Solo hay una manera de evitar la extinción de los mutantes: para que logren vencer en el presente y seguir existiendo en el futuro, deberán dar pelea en el pasado.
Es Wolverine quien sirve como hilo conductor y nexo en la trama que con pericia conduce a través de diferentes espacios/tiempos el director Bryan Singer. Por otro lado, Raven/Mistique forma parte del nudo de un relato que involucra a un científico que desea descifrar el poder mutante para dominarlo, y también a los jóvenes Xavier y Magneto que no dejarán su diferencias de lado en esta ocasión, por delicada que sea.
El filme tiene características épicas, se desarrolla hasta alcanzar un clímax en el que no se adivina una salida fácil, en tanto los personajes principales alcanzan niveles de complejidad que enaltecen la saga y la revitalizan.
Se presentan nuevos mutantes, entre los que se destaca QuickSilver en una de las escenas más logradas del filme, y también hay cameos de viejos conocidos, de manera que ningún fanático se quede con ganas.
Como es habitual, al final de los créditos hay una escena extra y esta nos deja claro que habrá más. Esperemos que lo que venga sea tan bueno como lo que pasó.