X-Men: Dark Phoenix

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Jean Grey comienza a desarrollar increíbles poderes que la corrompen y la convierten en un Fénix oscuro. Ahora los demás X-Men deberán decidir si la vida de un miembro del equipo vale más que la vida de todas las personas que habitan la Tierra. La respuesta es esta confusión cinematográfica sin precedentes.

No sé cuántos años de películas de estas sagas tendremos por delante. Tal vez ha llegado el momento de dejarlas para el consumo de los fans y ya no seguir perdiendo el tiempo. A veces, cuando el resultado es así de bochornoso, ni deberían estrenarse. Pero claro, la franquicia debe seguir, mientras docenas de películas más interesantes, bien hechas y más divertidas no llegan a tener nunca pantalla. Más que una saga, X-Men parece un impuesto a los espectadores que año tras año deben pagar yendo al cine a ver esto.

Lo más ofensivo de todo es ver a una excelente actriz como Jessica Chastain haciendo una villana salida de una película de Ed Wood. El resto de los actores también está desperdiciado, y no hablamos de un elenco pequeño. Hay tanto disparate y escenas ridículas que con un poco más de desastre se hubiera convertido en una película graciosa. No es graciosa, es insufrible.

Hay películas buenas y películas malas, pero muchas veces debatimos sobre ellas, hay películas que aunque no nos gusten podemos entender lo que quisieron hacer. Y después están estas películas que fallan, que luego buscan ser arregladas y que en ese intento suelen perder las pocas cosas buenas que posiblemente tuvieron en un comienzo. No pasa nada, nadie de los que participó de este título, salvo el debutante Simon Kinberg en la dirección, verá amenazada su carrera. No será fácil recordar X-Men Dark Phoenix en unos meses.