X-Men: Dark Phoenix

Crítica de Mariano González - Cinergia

Simplemente el fin

En el año 2011 se estrenaba X-Men: Primera Generación, un reboot que contaba los orígenes de los populares mutantes que ya habían hecho su presentación en cines tras una trilogía sobria a cargo de Brian Singer y que sirvió de catapulta a la carrera de Hugh Jackman, por ejemplo, y que dejó una genial interpretación de Wolverine a lo largo de la saga y en varias películas independientes que contaron las aventuras del mutante regenerativo.

A lo largo de esta nueva saga pudimos ver pasar muchísimos de los personajes más importantes en las distintas formaciones que existieron dentro del genial cómic de la editorial Marvel, cuatro películas en total con actores de la talla de James McAvoy (Charles Xavier) o Michael Fassbender (Erik Lehnsher/Magneto) como cabeza de esta segmentación que se conoce a los largo de las sagas más conocidas y que tocan temas centrales como la lucha contra el racismo y la tolerancia entre muchísimos otros; por un bando la inclusión pacifica de los mutantes dentro de la sociedad por parte de Charles con su colegio para jóvenes especiales y por el otro, Magneto que sobrevivió el holocausto y teme que el humano común y corriente tome las mismas decisiones que lo alejaron de sus padres creando así una hermandad de mutantes dispuestos a tomar el control para dominar el mundo y prevalecer como una raza evolucionada de la humanidad.

Tras este brevísimo repaso voy a hablar de X-Men: Dark Phoenix que toma nuevamente uno de los arcos narrativos más importantes de la historia de estos personajes que había sido levemente adaptada y con un mal resultado para mi gusto en X-Men: The Last Stand (Brett Ratner, 2006), escrito de enero a octubre de 1980 por el gran Chris Claremont y dibujado por el inmenso John Byrne -amo todo tu Superman-.

Voy a empezar diciendo que tomando en cuenta la saga que cuenta con cuatro películas hasta su cierre siendo para mi gusto X-Men: Apocalipsis la más floja de todas, tiene un cierre muy digno. La historia nos va a contar los orígenes de Jean Grey (Sophie Turner) que es el personaje central de esta historia y cómo un hecho traumático de la infancia la acerca a Xavier (McAvoy) y a esta relación que también en yuxtaposición expone un costado de Charles alejado de lo que pregona y eso me parece genial. La villana es Jessica Chestain que se sabe tuvo que abandonar su rol de Skrull ante la negativa de Disney/Marvel que iba a hacer uso de los mismo en la película de Capitana Marvel. Entonces hubo reshoots y ahora su personaje es líder de una raza alienígena que sigue los pasos del Fénix con intenciones de obtener sus poderes y colonizar otros mundos. El personaje de Chestain toma un poco de dos personajes del arco del cómic por un lado un poco de Mastermind y por otro un poco de Emma Frost que empujan a Jean a la locura por medio de la manipulación.

Es una aventura de X-Men hecha y derecha pienso que ir con intenciones de ver cameos (que los tiene dentro del vasto universo mutante) entiendo que a los fans puede saberle a poco, pero personalmente fui con cero expectativas y la verdad me pareció buena, excepto la cuestión del liderazgo de Raven (Jennifer Lawrence). Recordemos que Mystique formó alguna vez parte de los X-Men por manipulación mental o directamente de infiltrada para luego traicionarlos –Mistique es villana señores guionistas de cine- y otra cosa que no termina de agradarme es que el personaje de Quicksilver (Evan Peters) que parece haber sido tenido en cuenta siempre para tener un momento loop rescatando gente y desapareciendo luego;en este caso sin ninguna explicación siendo Peter Maximoff un personaje muy desaprovechado dentro de toda esta saga. Respecto a los integrantes de esta formación X-Men tenemos a casi todos los miembros excluyendo a Wolverine y Coloso, y eso también me parece acertado ya que le da un poco más de lugar a personajes como Bestia (Nicholas Hoult), Nightcrawler (Kodi Smith-McPhee) y Tormenta (Alexandra Shipp). Nuevamente la trama nos va a llevar a Magneto (Michael Fassbender) y sus acólitos de la hermandad de mutantes viviendo una vida de exilio post eventos de Apocalipsis, pero esa vida de supuesta calma se termina cuando Eric descubra un hecho que lo hará tomar medidas extremas en su rol mutante. Las escenas de acción donde se puede ver a los mutantes explotando al máximo sus poderes me parecieron bien resueltas: destaco algunos efectos que marcan características principales de algunos personajes, y el guion sin ser perfecto sabe salir rápido de algunos baches -pienso que es una aventura de X-Men que no tiene a esos personajes más importantes que a veces hacen que la trama solo se enfoque en ellos-. La película se resuelve rápido, enseguida sabemos hacia dónde va a ir y el tercer acto tiene una batalla de mutantes enfrentados exponiendo sus intereses personales ante una amenaza que no les será indiferente a ninguno. El soundtrack a cargo de Hans Zimmer es soberbio logrando enaltecer secuencias que dudo que hubieran destacado con otra música.

Para ir terminando solo voy a hacer una pequeña reflexión: vivimos momentos sobre todo en el cine de superhéroes donde parece que la experiencia no es completa si no trae lazos externos. Si no hay guiño no sirve, si no explora fuera de lo que se cuenta es malo. Les recomiendo ir a ver esta película despojándose de todos esos prejuicios: vayan y disfruten de una aventura de los mutantes sin que eso sea opacado por nada ni nadie, es una buena película y quizás la despedida de muchos personajes. No esperen fan service berreta y no se queden esperando una escena post créditos -no la hay-. La historia termina como pasaba antes que las historias terminaban de manera planeada y no caían en el hastío. Simplemente es el fin de una generación.