X-Men: Dark Phoenix

Crítica de María Paula Rios - Fandango

Sophie Turner pone su cuerpo a una Dark Phoenix descontrolada en la nueva entrega de los 'X-Men'.

La legión mutante de Marvel ha regresado y más power que nunca. En una era donde renace de las cenizas (simbólicamente) la mujer, ¿casualmente? despiertan en Jean Grey (Sophie Turner) poderes incontrolables que la convierten en una verdadera Fénix Oscura. Todo comienza con una misión espacial del grupo de mutantes, en pos de salvar a tripulantes de una nave proveniente de la Tierra, donde Jean es alcanzada por una fuerza cósmica descomunal.

Cuando regrese a casa, nada será lo mismo. Algo la ha atravesado en su interior, la radiación no solo la hace más poderosa, sino también emocionalmente inestable. Cuando comienza a descubrir secretos de su pasado que han sido silenciados por su maestro Charles Xavier (James McAvoy), la situación se volverá incontrolable; a tal punto que Jean pondrá en peligro aquellos que ama.

Escapando de su familia mutante vagará sin rumbo visitando en una primera instancia a Erik Lensherr, nuestro rebelde Magneto (Michael Fassbender), para después caer bajo el influjo de Vuk (Jessica Chastain), una alienígena que quiere absorber su energía para que su raza, Bari, domine la tierra.

Ambientada en la década de los 90, tras los sucesos de X-Men: Apocalipsis, Xavier parece atravesar un período algo contradictorio con los jóvenes mutantes. Arriesga sus pellejos en misiones muy peligrosas para mantener la paz con los humanos. Esto pone algo nerviosa a una líder como Mystique (Jennifer Lawrence), quien no duda en enfrentarlo y decirle que el equipo debería llamarse X-Women, debido a que siempre son las chicas las que salvan la situación en los momentos álgidos. Si bien todo funciona a través de la dinámica grupal, la impronta femenina en la cinta es ineludible desde el momento que se pone en el centro a Jean Grey.

Atravesada por logradas escenas de acción, peleas más que dignas de la franquicia en donde se lucen Nocturno, Bestia, Tormenta y Cíclope, apreciaremos todos los poderes de los mutantes desplegados tal álbum coleccionable. Por supuesto, que la nueva entrega no decepcionará a los fans. A la par de un relato acorde a estas potentes manifestaciones, que halla atinadamente las dolencias y los traumas de estos jóvenes en plena ebullición.

En X-Men: Dark Phoenix, Simon Kinberg logra equilibrar la espectacularidad con el conflicto dramático que atraviesan los personajes, en este caso nuestra Fénix Oscura, quien tiene que aprender a lidiar con el rechazo de un padre que le teme, y una ambivalencia que es parte de su esencia.

No nos podemos quejar, los recursos estéticos estén al servicio de la historia. Nos encontramos ante una cinta que tiene el corazón en el lugar indicado, que a pesar del exceso de efectos especiales sigue demostrando que es la más madura y sofisticada de todas las sagas del universo Marvel.