Vuelta al perro

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

Un director de teatro regresa a su pueblo natal para revivir la obra que lo hizo famoso 30 años atrás. Para ello buscará al elenco original e intentará convencerlos de que participen de su proyecto, entre ellos se encuentran su mejor amigo de la infancia, su amor de la juventud y una serie de personajes del pasado perdidos en la vida.
Esto reza la síntesis argumental del filme, ¿Resulta conocida? Tal cual es casi la misma que la del filme “El Ciudadano Ilustre” (2016) del famoso dúo de directores Gaston Duprat y Mariano Cohn.
Pasaron 6 años del estreno del filme ganador del premio Goya a la mejor película iberoamericana, (No se con cuales competía) y llega a nuestras pantallas “Vuelta Al Perro”, estableciendo algunas diferencias, claro. Daniel Mantovani es un escritor argentino que vive en Europa desde hace más de cuatro décadas, consagrado mundialmente por haber obtenido el premio Nobel de literatura, al que le llega una carta de la municipalidad de Salas, su lugar de nacimiento, en la que lo invitan a recibir el máximo reconocimiento del pueblo: la medalla de Ciudadano ilustre. Sorprendentemente y a pesar de sus importantes obligaciones y compromisos, Daniel decide aceptar la propuesta y regresar de incógnito ¿? por unos pocos días a su pueblo. Si en la anterior era un escritor ganador del premio Nobel de literatura (que otro podría haber ganado?) en esta nuestro “héroe” es un ilustre ignoto. Ricardo Darring (Daniel Di Cocco), como Darin pero con doble r y g final, chiste repetido varias veces en el filme,acepta la propuesta de su amigo de la infancia Jorge Salcedo, actual intendente de su ciudad natal, para el reestreno de su primera obra de teatro, con motivo de la re-apertura del Teatro Municipal.
En este viaje se reencontrara con los actores originales de la obra, su noviecita de la adolescencia, nada sabe de las peleas entre ellos, el queda en medio de una especie de guerra.
Uno de los principales problemas, sin contar que de original tiene nada, son las actuaciones, dentro del elenco las diferencias en capacidades histrionicas son evidentes, demasiado diría.
Aparece Rafael Ferro, haciendo de si mismo y le sale perfecto, Alfredo Castellani, eficiente como siempre y Germán Da Silva al que ningún papel le queda grande, este le queda chico.
El resto del elenco, sobre todo los principales, los personajes de Ricardo, Jorge y Marcelo, en donde se establecería el conflicto a desarrollar, pelean por parecer al menos un poco verosímil, el texto no ayuda, no hay demasiado desarrollo de los personajes, la única presentación aceptable es la de Ricardo y convengamos en que los diálogos tampoco favorecen.
El guion se muestra demasiado previsible en tanto avanza el relato, plagado de lugares comunes, demasiadas veces transitado.
Otro punto bajo en esta producción es el sonido, no hay respeto por los planos sonoros, (al menos en la proyección que estuve presente), da lo mismo si los personajes hablan en un primer plano que si lo hacen a 100 metros en un plano general. ¿No hay sonido ambiente en esa distancia?
Respecto de la dirección de arte, incluida la fotografía, cumplen con su cometido, no parece haber demasiada elaboración respecto al vestuario, tampoco es que se necesite, las imágenes son claras y funcionales al relato, pero nada más.
El actor principal es el padre del director. ¿Todo quedará en familia?