Voyage, voyage

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Rutas argentinas

Marcus y Antoine, dos hermanos peleados con la vida, viajan a la Argentina para asistir al casamiento de su primo Xavier (el músico Benjamin Biolay) con una mendocina. Durante la estadía en Buenos Aires, antes de partir a Mendoza, Marcus (Rebbot) muestra su adicción a los medicamentos y Antoine (Duvauchelle) una insoportable angustia por su separación; tratan de amoldarse a la noche porteña pero su único lazo social es Gonzalo (Gustavo Kamenetzky), un prototípico comediante de spot publicitario que los acompañará a Mendoza, en una suerte de road movie llena de disparates. La película, ópera prima del francés Edouard Deluc, juega con la idea del desadaptado que encuentra norte en tierra extraña (una idea simbolizada en Biolay, fanático adoptivo de Buenos Aires, y en el propio Deluc, que filma su primer largo a 15 mil kilómetros de su patria); pero mientras lo ideal hubiera sido un tratamiento entrañable de los personajes, a la manera de Sorín o Kaurismaki, Mariage à Mendoza (título original) resulta dantesca, como si Capusotto y Montalbano filmaran The Hangover. La actuación de Rebbot, haciendo de europeo desorientado, es lo único ameno en este inexplicable film.