Volver a Boedo

Crítica de Caty Filgueira - Cuatro Bastardos

Volver A Boedo: la pasión en su mejor forma.
El film documental de Diego Criscolo es apto para todo aquel que quiere enterarse de como se llevó a cabo esta lucha por la historia de San Lorenzo.
Yo creo que todos, nos guste el fútbol o no, hemos escuchado que llamen a la cancha de San Lorenzo “El Nuevo Gasómetro”. Personalmente, esto llevó a que le pregunte a mi papá (hincha de San Lorenzo) porqué; aunque no creo ser la única que, de una forma u otra, se enteró de que la cancha del azul-grana no siempre estuvo donde está ahora.
Pero la historia va más allá de la venta de una cancha. Va más allá del por qué de esa venta y del abrupto cambio que representó para el barrio de Boedo. Parte, como toda buena historia, desde los orígenes del club hoy conocido como Club Atlético San Lorenzo de Almagro.
Más de una vez me he cruzado con quien me ha dicho “¿Un documental? No, gracias.” Y, mal que me pese admitirlo, he caído entre esa gente yo también. O, considerando la temática, pensarán “Es sobre San Lorenzo. No, gracias, soy de …“. Dejen que mi primera recomendación sea dejar esos prejuicios de lado. ¿Es un documental? Sí. ¿Habla de San Lorenzo? Sí. ¿Es aburrido? No. ¿Sólo habla de fútbol? No.
Vayamos paso a paso. Uno de sus principales atributos es la variedad de tanto hechos como personas que aparecen. Ya sea que hablemos de la fundación de “Los Forzosos de Almagro”, y sus humildes inicios, o de todos los testimonios incluidos a lo largo del film, es un documental que mezcla todos los aspectos que la partida de la cancha implicó. Porque no fue solo una cancha. Fue hogar de encuentros culturales, de niños, de deportistas de varias disciplinas. Punto de reunión de familia y amigos que un día, por fuerzas más grandes que ellos, no estuvo más.
La emotividad es un plato fuerte en esta película. Y no es forzosa, como puede llegar a pasar cuando un proyecto busca lograr ese efecto a modo de objetivo principal. Además, viene de a poco y de la mano de gente que vivió la presencia de El Gasómetro en Boedo allá en sus últimos tiempos.
Se evoca, de modo constante, la lucha por algo que se les sacó injustamente y se explica el por qué de esa injusticia, que a veces pasa desapercibida o directamente se desconoce. La narrativa teje, a base de imágenes de archivo y material propio filmado para el proyecto, todas las instancias de la pelea que los hinchas llevaron a cabo para lograr que, tanto el gobierno como Carrefour, les devuelva el predio.
Por último, la historia – 100% basada en hechos reales – va y viene entre todos los ámbitos que tocó al club y esto incluye testimonios muy variados; por ejemplo, vemos el reencuentro y la experiencia de los jugadores que representaron a San Lorenzo en su último partido allí, o a los fans que recuerdan con tristeza el día que el estadio no fue más.
Con tango, literatura y, obviamente, fútbol y pasión, Sergio Driscolo trae a la vida una obra que vence los prejuicios del fanatismo futbolero y logra atraer a espectadores de todo tipo, incluyendo los incultos del fútbol como quien escribe, porque acá lo importante no es quien le ganó a quién. Acá, lo importante, es como un grupo de fans decidieron hacer algo y lo llevaron a cabo durante doce años de trabajo y por los medios necesarios para lograr su objetivo con todas las de la ley.