Voley

Crítica de Mariano Vazquez - La cueva de Chauvet

LAS REGLAS DEL VOLEY

El viaje, el desplazamiento o el cambio de escenario parece ser el primer paso, el puntapié inicial para trastocar las reglas del juego. O tal vez sólo funciona como una breve licencia, una excusa para moverse entre fronteras sinuosas y límites borrosos entre la amistad, el sexo y la adultez. O quizás no, y el núcleo problemático que este escriba percibe sólo es el telón de fondo donde se inscribe una comedia brillante que no busca resolver ningún problema sino abrir el juego, un poco más, donde las preguntas, enunciadas de soslayo, se perfilen como una afrenta al sentido común.

Voley es la última película de Martín Piroyansky, donde luce el humor ágil y cotidiano que gira en torno a lo absurdo, donde las dudas y las incertezas son el motor que tracciona una comedia que se sostiene sobre la ilusión, ilusión de los protagonistas queda claro, de una vida adulta que una vez estructurada, sólo resta echarla a rodar.

Los tiempos que gobiernan la narración, la secuencia entre planos abiertos y descriptivos, y los bretes que se ciernen sobre los personajes se convierten lentamente en una marca de estilo, en un sello de autor que se vio en el corto No me ama (2010) y que en Voley están más refinados.

Voley cuenta el viaje de seis amigos a una casa en el Tigre para recibir año nuevo. Lo disímil de cada uno de los personajes -y lo antagónico- lleva a preguntarnos quizás cuántos conflictos amenizamos con los amigos propios a quienes conocemos hace años y con quienes así y todo compartimos gran parte de nuestras vidas.

Sin ánimos de anticipar nada, pero tal y como puede verse en el trailer, los conflictos están al caer: una convivencia indómita, un amor intempestivo y las hormonas, que combinados con el alcohol y las drogas -dos anecdóticos porros, unos hongos alucinógenos y un poquito de cocaína-, pujan para que todo aquello que transcurre a espaldas de los demás se vuelva conocido. Y como sucede en el deporte, todos rotan y pasan por todas las posiciones, acaso para que el juego continúe.

Piroyansky, cada vez más consolidado como actor, a lo que se suma su laburo como escritor y director, arma una comedia que no tiene reparos morales, es incisiva, irrumpe con personajes incorrectos que buscan -y esbozan- explicaciones inverosímiles sobre su vida y sobre la sociedad, y aprietos que devienen en más aprietos que aflojan un poco, risa mediante, pero que crecen y se acumulan hasta los últimos minutos. A todo esto se le pueden sumar pequeños homenajes que el director realiza al cine clásico, tanto de terror como de suspenso, y unos gags brillantes donde Nico (Martín Piroyansky) aparece digitalmente empequeñecido y efectúa un baile ridículamente sexy entre otros.

Voley es una comedia protagonizada por Ricardo “Chino” Darín, Violeta Urtizberea, Martín Piroyansky, Inés Efrón, Justina Bustos, Vera Spinetta y estrenó el pasado jueves 12 de marzo en todas las salas del país.