Voley

Crítica de Catalina Dlugi - TN Show

75

Martin Piroyansky, como director, afianza su estilo, su mirada irónica, fresca, inteligente. Sus comedias son agridulces, piadosas, divertidas. Como este encuentro de amigos, algunos típicos, otros muy particulares. Y el juego de la seducción, los histeriqueos, los equívocos, apuntan a estos seres confundidos y queribles. El director se reserva el protagónico, un tierno perdedor, como un moderno Woody Allen. Un film sólido y disfrutable.