Viviré con tu recuerdo

Crítica de Blanca María Monzón - Leedor.com

Solo de ella, y al mismo tiempo de nadie

Viviré con tu recuerdo es la historia de una obsesión que va hacia la búsqueda de una voz- perdida. La que intenta una y otra vez distinguir …entre la luz y la sombra, entre el recuerdo y el olvido, entre lo mío y lo que es de nadie, como la voz de Ada solo de ella, y al mismo tiempo de nadie”.

Y es por esto mismo una evocación que hace el narrador sobre su propia vida – que es el cine – la imagen, la palabra… el gesto. Mientras el ritmo avanza lento… tanto que por momentos hace falta reponerse de la aparente inacción… y repetición. Claro, que sin poder dejar de participar de esa repetición, porque esta actúa como una promesa de llenar ese vacío. Esa voz, esos significantes… que se perdieron vaya a saber donde. Posiblemente en ese viaje de regreso a Buenos Aires, luego de entrevistar a Ada, cuando estaban filmando con Lorena Muñoz Yo no sé que han hecho tus ojos.

Por lo que su director insiste en traducir un momento en la vida de Ada, pero también en la suya. Porque esa voz en off, y ese monólogo interior es en cierto sentido una prolongación de su memoria. Una memoria que analiza y compara. Y que desde su inicio nos involucra en esa pasión por querer descifrar y entender la palabra. Lo que contribuye en hacernos creer que estamos frente a un documental autobiográfico. Es que el tema de la autoreferencialidad muchas veces es peligroso, suele confundir y puede aburrir. Y este documental se mueve en esa delgada línea.

Ada cantaba, sentía las letras como si esas historias hubiesen sido parte de su vida, esa particularidad le dio el sentido al título del primer documental. Nombre del único vals que compuso Francisco Canaro, el hombre que desencadenó el retiro de Ada, el que supuestamente fue el responsable de su decepción amorosa, y la condujo a su posterior vocación religiosa. Del mismo modo, Viviré con tu recuerdo remite no sólo a esa imposibilidad de traducir todo lo dicho, con el peligro de traicionarlo. Sino que Ada dice:- No recuerdo. Cuando se le pregunta quien fue su gran amor. Y eso lo dice trece años atrás. Y Wolf vuelve una y otra vez a las mismas escenas con la intención de resolver un enigma, como si fuese un policial, mientras a solas o acompañado habla algunos de los temas que hace años le interesan que son el cine, la literatura y sus mutuas influencias.

No obstante a pesar de un exceso de oscuridad en las imágenes, y de todo lo dicho, a pesar de que percibimos que la ilusión de llenar ese vacío, es sólo eso, una ilusión, no podemos dejar de percibir también todo lo que tiene de poético, a lo que contribuye, sin lugar a dudas, la magia de una de las voces más bellas de la historia del tango.