Vivir al límite

Crítica de Martín Morales - Cine y Movies

LA GUERRA COMO UNA FORMA DE VIDA

Película atrevida, emocional, llena de suspenso, innovadora, con identidad propia, hay muchos calificativos que pueden definir este audaz film, pero sin lugar a dudas, que el mismo sea totalmente diferente a muchas cintas del género es el condimento por lo que la hace valiosa y su hipótesis y contraposiciones sobre la guerra, cobren un efecto muy fuerte.
La historia se centra en un grupo de personas que trabajan en el sector antibombas del ejercito estadounidense y como ellos deben lidiar con los intentos de atentado en cada uno de los sectores de Irak.
Si hay algo que caracteriza a esta película es su intención por mostrar algo fuera de lo común, una perspectiva diferente a la que el cine del género nos tiene acostumbrados, y es allí donde triunfa. Aquí no hay referencias fuertes a la política, ni a la guerra en sí, sino que se muestran cada una de las misiones que estas personas deben superar, invocando la emoción y el peligro que eso conlleva. Pero a su vez, y es allí donde el verdadero sentido aparece, se logra crear una serie de sentimientos entre los protagonistas que se contradicen entre sí y que muestran la verdadera identidad del ser humano, sus debilidades y virtudes. Esos momentos son increíbles y desarrollan una potencia emocional que minuto a minuto se intensifica.
La labor actoral ayuda a que cada uno de los personajes y momentos importantes se tomen como reales, intensos y memorables. Jeremy Renner creó un personaje desinteresado, que disfruta de la guerra y le saca el mejor provecho, pero que tiene su talón de Aquiles y cuando el mismo es descubierto, la verdad sale a la luz. Es así como su actuación no solo aporta mucho suspenso a cada uno de los momentos de tensión, sino que le brinda mucha humanidad a la cinta. Los personajes que se diferencian del mismo son los interpretados por Anthony Mackie (Sanborn) y Brian Geraghty (Owen Eldridge) quienes dotan al relato de emoción y diálogos muy profundos. Gran elección de los actores.
¿El film muestra la realidad en Irak? no y no es su intención. Aquí no importa el espacio ni el tiempo, se muestra el desarrollo del hombre y cada uno de sus sentimientos frente a los desastrosos hechos. Cada una de las escenas “complicadas” de la cinta representan una joya artística muy bien nivelada en todos sus aspectos técnicos. La dirección es excelente en toda la narración, se crean matices totalmente diferentes en todas las situaciones problemáticas, se juega muchísimo con los movimientos de cámara, los ángulos derivados y los enfoques movidos, como si se estuviese mirando un documental en vivo y en directo. La edición también toma protagonismo, especialmente en cada una de las tomas en las que los personajes deben lidiar con algún posible atentado. Y la música, que siempre complementa el relato y ayuda a crear cada una de las atmósferas de suspenso y drama. Es una experiencia diferente y muy fuerte.
Pese a que el sentido de la conclusión pueda llegar a ser chocante, el mismo representa una ideología y gracias al intenso y a la vez divertido final, es allí donde se expone la verdadera intención del film. La guerra mata y también es una droga.
“The Hurt Locker” es un film diferente, original, que no se centra en un solo hecho y que la guerra en sí puede ser sustituida por otras situaciones de la vida cotidiana. Una cinta excelentemente actuada, dirigida y escrita. Una obra con escenas de suspenso inmejorables y un final que dividirá las opiniones del público pero que representa lo que la película es y quiere mostrar. A no perdérsela.

LO BUENO: actuaciones, guión, dirección, música, edición, final, mensajes, realidades
LO MALO: el final hará dividir opiniones y seguramente alejará al espectador del verdadero sentido del film que está muy bien explicado en esa escena. No hay que dejarse llevar por lo que se ve, sino por lo que es.
UNA ESCENA A DESTACAR: bomba suicida, dos minutos