Vivir al límite

Crítica de Andrés Martín - El rincón del cinéfilo

La guerra al ras del suelo

Con el para nada apropiado título de “Vivir al límite” llega a las salas argentinas la realización de Kathryn Bigelow basada en las crónicas del periodista Mark Boal sobre uno de los trabajos más peligrosos del mundo: desactivar bombas en suelo iraquí.

Protagonizada por Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty y las participaciones de Guy Pearce, David Morse, Ralph Fiennes, “The Hurt Locker” (“Vivir al límite”) mezcla autentica acción junto con el drama que implica psicológicamente a los soldados una profesión tan riesgosa, donde los hombres voluntariamente enfrentan la muerte todos los días.

La obra de Kathryn Bigelow narra las vivencias de la brigada de élite que se encarga de desactivar explosivos en Irak.

Además, responde al guión del escritor Mark Boal, y sus vivencias, quien integró las filas de la escuadrilla de bombas del EOD en el ejército de EE.UU.

Los soldados que se juegan la vida desactivando bombas en las calles de Bagdad apenas tienen la perspectiva de sobrevivir apenas un día más hasta poder completar el tiempo de permanencia en Medio Oriente para luego regresar a su país.

Los enemigos de estos soldados son casi invisibles, son personas que hablan un idioma extraño, con los que resulta complicado dialogar, que los odian y que los quieren ver lejos de sus tierras.

Todo el paisaje urbano de Bagdad es hostil. Un celular que cae al piso, un niño que vende películas o una bolsa de plástico que vuela alrededor de los soldados, pueden transformarse en riesgos inminentes.

Para Kathryn Bigelow el campo batalla todo puede llevarte a la muerte. Sin embargo, la realizadora no tiene una posición ideológica: no toma posición ni baja línea.

Elige el trabajo de este escuadrón especializado en desactivar bombas como excusa para exponer ciertos aspectos de un conflicto bélico que nadie parece comprender.

Es más, la película prescinde tanto como pueda de subtramas y recovecos argumentales que desvíen la atención más allá de las acciones de los tres protagonistas.

El sargento William James (Jeremy Renner, nominado al Oscar a Mejor Actor) es quien encabeza el equipo que lucha diariamente para desactivar los artefactos explosivos.

Este líder no es uno más. Ya que el sargento James es un tipo adicto a la adrenalina y posee una característica muy particular: siente un enorme placer en lo que hace.

La incertidumbre y angustia parecen no afectarle. Se convierte en un nuevo héroe de acción que desafía los peligros de una manera que va desde lo irracional (casi suicida) hasta por el gusto de exponerse a los riesgos de enfrentarse a la muerte cara a cara.

Bigelow apostó por una estética mimetizada con el arenoso terreno del campo de batalla: “The Hurt Locker” es polvorienta como el mismísimo suelo iraquí.

Mediante el montaje de las escenas, y la compaginación de la producción, la realizadora logró que los continuos puntos de conflicto sean capturados con mucho nervio a través de un registro en consonancia con las herramientas que utiliza el cine documental.

Además, consigue un efecto tenso, que transmite la sensación de estar ahí, en pleno combate junto al escuadrón antibombas y los peligros a los que están expuestos.

Sin dudas, esta vertiginosa y tensionante realización tiene tantos logros y aciertos como los riesgos a los que se expone este equipo de guerra en pleno campo de batalla en Irak.