¡Vivan las antípodas!

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Debajo del mundo

¡Vivan las Antípodas! (2011) es una coproducción rusa-argentina-alemana-holandesa y chilena que plantea la hipótesis de que si se atraviesa el planeta transversalmente se puede llegar a otro país ubicado justo debajo de uno.

De carácter documental, el realizador ruso toma cuatro pares de lugares opuestos, ubicados a la inversa del planeta, y los enfrenta, desde las imágenes, formulando una teoría sobre como en lo antagónico hay más similitudes que diferencias. Argentina y China, España y Nueva Zelanda, Chile y Rusia, Botswana y Hawai son las antípodas que Victor Kossakovsky plantea en un éxperimento único.

En ¡Vivan las Antípodas! Victor Kossakovsky trabaja las imágenes como si fueran diferentes texturas y juega a enfrentarlas entre sí, para así trasladarnos por el interior de un laberinto borgeano del que resulta imposible poder escapar. La cultura, lo sociológico, la política y la diversidad son tratados con una estilización como muy pocas veces el cine se atrevió a utilizar, sin por eso caer en lo abyecto y banal.

Con un interesante trabajo sonoro y un impactante despliegue estético, Victor Kossakovsky coloca la cámara en lugares atípicos para lograr encuadres perfectos, en los que la plástica se apodera de la pantalla y los sentidos. ¡Vivan las Antípodas! pierde en la excesiva duración de su metraje pero gana en belleza cinematográfica. Recomendada para ver en pantalla gigante y con todos los sentidos bien despiertos.