Viva el palindromo!

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Buen documentalista y, sobre todo, persona sensible, generosa y bienhumorada, Tomás Lipgot es también un fervoroso palindromista. Con lúdico entusiasmo, aquí se larga al encuentro de más gente como él, a lo largo de cuatro países y decenas de reuniones y charlas ingeniosas, donde se lanzan frases inesperadas, a veces muy jugosas, dignas del recordado maestro Juan Filloy.

La película no es más que eso, y puede parecerle ingenua a ciertas personas de vocabulario reducido, pero en cambio será un bonito estímulo para quienes se deslumbraron desde niños con aquella frase clásica del arroz, el abad y la zorra. Ellos amarán además las simetrías visuales que también les ofrece la película, y seguramente saldrán del cine dispuestos a hacer suyo el brindis con que chocan sus copas los amigos de Lipgot: "¡Arriba la birra!".