Visiones

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

El colmo de una falsa gitana

¿Cuál podría ser el colmo de una falsa vidente? La respuesta es fácil y se encuentra en la premisa de Visiones, ópera prima de Juan De Francesco –antiguo colaborador de Cristian Bernard y Flavio Nardini- y con guión del debutante en el largometraje, Nicolás Cisco: adquirir el don de predecir el futuro.

En ese sentido resulta atractiva la propuesta luego de una primera mitad donde en pocos minutos se descubre la mecánica de la estafa entre una falsa adivina caracterizada como gitana llamada Marta (Roxana Randon) que se aprovecha del despecho de sus incautas víctimas mujeres para lo cual es fundamental la acción de su cómplice Esteban (Adrian Ero), quien hace las veces de galán, Don Juan, para enamorarlas y luego de malvado que las deja siempre por otra para que caigan en las redes de las artes oscuras de Marta y así mediante sus hechizos recuperar al amor a cambio de buenas sumas de dinero.

Un plan perfecto siempre cuenta con alguna fisura y esa no es otra que la ambición de los involucrados, pero para el caso de Esteban se agrega al menú una suerte de revancha personal por un pasado de tortura psicológica y maltrato causado por la falsa gitana.

Sin embargo, la vuelta de tuerca que da algún respiro a un relato que no podía salir de lo sumario es un recurso simpático del cual tanto guionista como director abusan para que de cierta manera cierre la historia, aunque es justo decir le imprime dinamismo en una trama demasiado básica.

El pivot y elemento pendular que pertenecen únicamente al punto de vista de Marta se conecta directamente con las visiones reales que ella empieza a tener de manera espontánea y así de esta manera anticipa su destino trágico donde queda desenmascarada la supuesta traición de su socio.

No obstante, esas visiones en lugar de mostrar fragmentos, o secuencias ambiguas, plasman situaciones o escenas completas para que avance la historia a fuerza de falsos flashforwards a los que se suman forzados flashbacks, completamente funcionales a los justificativos de las acciones. Tampoco ayuda a esta idea la acumulación porque una vez reflejado el mecanismo ya no hay sorpresa alguna, pues cada vez que la protagonista toca las manos de algún personaje, el espectador sabe que viene una visión.

La experimentada Roxana Randon aporta a su personaje carisma, maldad, algo de humanidad pero se destaca sobre el resto de un elenco de actores desconocidos, con performances bastante flojas, sobre todo el co-protagonista Adrian Ero siempre un registro por encima de lo que su personaje necesita.

Visiones trata de salirse de convencionalismos o estereotipos jugando a veces al humor pero eso no alcanza para evitar el término de film fallido básicamente por apostar todo a un recurso ingenioso desde el punto de vista narrativo aunque pasible de reproches a nivel conceptual y cinematográfico, así como un desenlace poco sólido.