Violeta se fue a los cielos

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

La cantora trasandina

El director chileno Andrés Wood reconstruye con Violeta se fue a los cielos (2011) un período en la vida de la popular cantante Violeta Parra, tal vez el más tortuoso, personificado de manera sorprendente por la actriz Francisca Gavilán (protagonista de Ulises (2011) junto a Jorge Román).

Violeta Parra fue una legendaria cantante chilena cuya discografía incluye éxitos como Gracias a la vida o A mi casa llega un gato. Violeta Parra es hoy en día un icono de la música popular latinoamericana cuyo compromiso político y social es incuestionable. Pero el film de Andrés Wood (Machuca, 2004; La buena vida, 2008) toma otros carriles y se centra en aquellos fantasmas que martirizaban a una mujer que decidió ponerle punto final a su existencia cuando apenas tenía 50 años y así terminar con esa vida tortuosa que siempre acompaña a los grandes artista de todas las épocas.

Violeta se fue a los cielos sigue la estructura de una biopic pero alejada del clasicismo. Sin duda sus puntos de comparación están más cercanos a I’m not there de Todd Haynes (2007) o Control de Anton Corbijn (2007) que al Ray de Taylor Hackford (2004) y no por las temática sino por la forma. Wood utiliza un relato carente de linealidad en donde la historia va y viene de manera casi permanente, llegando a utilizar diferentes temporalidades que provocarán rupturas narrativas. Esto hace que se necesite de un espectador activo para armar la trama como si se tratara de un rompecabezas.

Cuando se trata de interpretar personajes reales muchas veces se cae en la copia o la clásica imitación, pero esto es algo que Francisca Gavilán evita en todo momento. La construcción que realiza de la cantora es antológica al punto de que es ella misma quien interpreta las canciones del soundtrack del film. Los matices que emplea, el sufrimiento que transmite cada uno de sus gestos, la naturalidad de sus movimientos y el tono de voz utilizado logran que uno vea a la propia Violeta pese a que estamos frente a otra presencia física y espiritual.

Violeta se fue a los cielos no es un film clásico, más bien todo lo contrario. Hay saltos narrativos, elipsis temporales, fragmentación del relato, hay una búsqueda de un estilo personal que sin duda Andrés Wood supo encontrar y Francisca Gavilán corporizar. Un acercamiento a una artista desde una óptica que el cine pocas veces se anima a utilizar.