Violeta se fue a los cielos

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Una historia de canto y lucha

Preseleccionada para representar a Chile por el premio Oscar, la película de Andrés Wood retrata a la artista Violeta Parra a partir del libro homónimo de su hijo, Ángel Parra.

Violeta se fue a los cielos juega con los tiempos y muestra la carpa levantada en La Reina, donde Violeta vive con sus hijos y es visitada por personas que quieren escuchar su música, un arte tan personal como inclasificable que supo construír en base a trabajo, convicción y persistencia: "Escribe como quieras, usa las rimas que te salgan y prueba diversos instrumentos. Grita en vez de cantar".

Entre pasado y presente, esta biografía atípica se convierte en una metáfora sobre las garras del poder. Violeta lucha por la supervivencia, perfecciona su arte, el canto y la guitarra, y hasta es humillada cuando en una fiesta la obligan a comer en la cocina. Pero también sufre por amor debido a una complicada relación con el músico suizo Gilbert Favré.

El relato cautiva al espectador, lo introduce en un mundo de imágenes que se deberán ordenar hasta el trágico desenlace y emociona gracias a la magnífica composición de la actriz Francisca Gavilán. La intérprete transmite la mirada triste, la fragilidad, el aire combativo y la bronca retenida con total convicción.

Violeta se fue a los cielos prescinde de contexto y referencias políticas pero acerca al público a "la voz de un pueblo" que en su momento no encontró ni oportunidades ni puertas abiertas.