Violeta se fue a los cielos

Crítica de Ezequiel Coniglio - Cinezalco

Violeta Parra Eterna

Desde la carpa que levantó en La Reina, Violeta Parra es visitada por sus sueños, vivencias e ilusiones. Está viva, pero quizás está muerta, eso abre una gran expectativa en la que nos vamos enterando poco a poco de sus secretos, miedos, frustraciones y alegrías. No sólo está presente su obra múltiple sino que, sus amantes, sus recuerdos, sus esperanzas, sus logros quedan suspendidos en un recorrido apasionado por la vida de Violeta Parra, con los personajes que la hicieron llorar, reír y soñar.

¿Qué datos históricos de la vida de Violeta Parra podemos aprender después de ver este filme? Casi ninguno, y eso realmente no es un delito ni mucho menos un pecado por parte del director chileno Andrés Wood, ya que “Violeta se fue a los cielos” nos muestra lo más importante: la artista.

“La creación es un pájaro sin plan de vuelo que jamás volará en línea recta”, es una de las frases que más destaco de este filme, y sin dudas una de las frases de las que se hace eco Wood para narrar esta película. Sin una cronología predeterminada, y con saltos en el tiempo, fragmentos, casi como rompecabezas que van armando la figura y la imagen de Violeta Parra, el director logra mostrar momentos específicos de la vida de esta gran artista. Amores, pérdidas, creaciones, pensamientos, música, composición se van entrelazando en este recorrido y permite adentrarnos en la cabeza y en el corazón de Violeta.

Pero Violeta no sería Violeta si no tuviese a Francisca Gavilán quien le pone el cuerpo y el alma a este filme. Con su mirada triste y pensativa, su voz aguerrida y sus interpretaciones que respetan fielmente a su original, la actriz logra encarnar perfectamente a un personaje luchador y enamoradizo, bravo pero sensible a la vez. Logro del director y de la actriz al poder encontrar la fusión perfecta entre narrativa visual, estética y actoral.

Una fotografía casi perfecta, sueños, pensamientos, reflexiones, cambios de humor y de temperaturas logra transmitir a través del lente de la cámara, como también a través de la música y los diálogos seleccionados.

“Violeta se fue a los cielos” fue preseleccionada para representar a Chile en la próxima entrega de los Oscar 2012, en la categoría de “Mejor Película de Lengua Extranjera”, sin dudas uno de los mejores exponentes del nuevo cine chileno.

Como decía en un principio, el filme no tiene datos biográficos o históricos precisos, y eso llama la atención. Pero a medida que nos adentramos podemos comprender que no importa cuando sucedió, sino cómo. A propósito de eso, y en medio del duelo que se establece en una entrevista televisiva realizada a Violeta Parra donde ella dice que no tiene miedo a responder a cualquier cosa, incluso su edad, el entrevistador le pregunta por su edad, a lo que ella responde: “Me olvidé”… una metáfora… una Violeta Parra eterna.