Vincere

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

Vincere es la nueva película del director italiano Marco Bellocchio, que aquí nos hace entrar de lleno en la controvertida y polémica vida del Duce, desde la óptica de su secreto romance con Ida Dalser.

La cinta comienza con una excelente presentación a la polémica personalidad de un joven Mussolini, que desafia ante varias personas del Partido Socialista al mismísimo Dios. Este repentino comienzo es brillantemente duro por que nos hace recordar, en solo 5 minutos, con mucha crudeza de qué clase de persona se tratará este film. Definitivamente ese Benito estaba en pleno desarrollo del Duce que llegaría después, pero no por eso se puede dejar de ver claramente la esencia de quien sería luego de algunos años, uno de los personajes más nefastos de la historia de la humanidad. En ese recinto en el cual él planteaba su desafío se encontraba Ida Dalser, mirando perpleja al carismático y tajante Mussolini, mientras clamaba por su triunfo ante Dios. La mirada de Ida, interpretada por Giovanna Mezzogiorno, se ve totalmente encandilada por la figura de ese polémico personaje al cual ve muy firme en sus convicciones.

El romance de Dalser y Mussolini fue real y se conoció hace no muchos años. Obivamente que dicho desconocimiento se dio gracias al inalcanzable trabajo del Duce, la Iglesia que el desterró para luego aliarse y sus séquito de seguidores más cercanos, que se ocuparon de que ésto se mantenga bajo la alfombra. Como bien se puede ver en la obra como fruto de ese romance se produjo el nacimiento de Benito Albino Mussolini, hijo reconocido al nacer que luego fue desconocido y repudiado por el dictador italiano.

Con el pasar de los minutos, Vincere, nos va metiendo más a fondo en la turbulenta y apasionada historia de amor que llevaron adelante Ida y Benito, la cual con el tiempo y la partida de éste a la Segunda Guerra Mundial y su posterior casamiento con Rachele Guidi, llevó a un continuo desprecio y desconocimiento por su parte hacia la enamorada.

La razón de tamaño desplante se da porque el romance con Rachele, mientras estaba casado con Ida, pondría en jaque la moral que siempre se jactó de poseer, además de su promisoria alianza con la Iglesia.

A partir de ese suceso nace un nuevo film, donde nos encontramos con una atormentada Dalser que lucha por todos los medios que tiene a su alcance para que se conozca su verdad, en realidad, la verdadera verdad.

Lamentablemente cuando Mussolini asumió, gracias a la aprobación de la Casa de Saboya, la presidencia de la República Social Italiana ese proceso de destierro se profundizó. Nace dentro suyo el Duce y con él se agranda la tración, la humillación, el maltrato y el descrédito hacia Dalser, que fue internada en un manicomio, mientras que su hijo fue puesto bajo la custodia de un fiel colaborador del dictador, para más tarde tener el mismo destino que su madre.

La historia en Vincere no se muestra de forma líneal, debido a que el director juega continuamente con las miradas al pasado y al futuro. algo que a veces puede ser un poco confuso si uno desconoce totalmente la historia de esta pareja.

Los avances y retrocesos en el tiempo están separados con imágenes de archivo que nos van graficando e introduciendo a la época que visitaremos de la mano de este excelente film.

Hay ciertos momentos en que se combina, de manera excelente, al cine con la historia que va transcurriendo en el film. De hecho se puede sentir todo el sufrimiento de Ida Dalser, al visualizar la escena protagonizada por Chaplin en The Kid.

Todos estos condimentos hacen que Vincere este lejos de ser un documental, a pesar de ser una historia real, sino que se acerque mucho más a ser una gran película de ficción basada en sucesos que seguramente fueron muy bien manipulados para crear 128 minutos de crueldad, dramatísmo y emotividad memorables.

Más allá de una gran dirección en todos los aspectos que cité más arriba hay dos protagonistas que llevan adelante dos actuaciones excelentes y ellos son Giovanna Mezzogiorno y Filippo Timi, en los papeles de Ida Dalser y Benito Mussolini. Giovanna interpreta de manera brillante a una enamorada hasta la locura, con todo lo que eso conlleva, que no claudica en sus sentimientos y en su verdad, aún ante el encierro y la separación de su hijo. Filippo hace una labor sobresaliente mostrando a un joven Mussolini (cuando es mayor solo lo veremos en proyecciones de archivo) de avasallante personalidad, para luego convertirse en el hijo bastardo que será encerrado en un manicomio. La escena de Timi imitando a su padre en el discurso del balcón, es de los puntos más altos que tiene el film.

Vincere es un drama que lleva nuestros sentimientos a esos extremos que pocas veces podemos sentir en un cine, de la mano de una excelente dirección y sobresalientes actuaciones.