Villegas

Crítica de Iván Steinhardt - El rincón del cinéfilo

A lo mejor para los más puristas el filmar con el corazón no es un requisito indispensable para hacer cine, tampoco figura en ninguna materia de la carrera de director cinematográfico, sin embargo es un factor que claramente marca la diferencia. Eso es a lo que nos referimos cuando una película está “desangelada”.
“Villegas” es sin duda una bella muestra de lo expresado, sólo que Gonzalo Tobal le agrega al sentido poético una serie de herramientas intuitivas entre las cuales la confianza en su propuesta es la que más frescura le da a su relato.
Esteban (Esteban Lamothe) y Pipa (Esteban Bigliardi) son primos, ambos vienen de la misma ciudad pero con estilos y formas de vida diametralmente opuestos. Lo único que los une es la muerte del abuelo en el pueblo que da título a esta producción, y una infancia presumiblemente feliz, como compinches y llena de anécdotas.
Lo primero se revela al comienzo, lo demás lo vamos descubriendo en el viaje que realizan juntos a General Villegas, en las conversaciones informales que tienen, y sobre todo en esos silencios incómodos cuando ya no queda cháchara para tapar los intentos por no tocar ciertos temas.
La cotidianeidad y lo orgánico de las actuaciones se transforma en la fuente de donde surge este vínculo tan particular, funcional a establecer el sentimiento de entusiasmo primario cuando se va del interior a Buenos Aires a buscar futuro, pero también la sensación de nostalgia y pesadez cuando toca la hora de pegar la vuelta, a veces triunfal, a veces con una mano atrás y otra adelante.
Ante todo “Villegas” es una historia construida de adelante hacia atrás, paradójicamente en el viaje de regreso al pueblo natal, pero esto no impide al espectador identificarse. Acaso porque el viaje interior también está lleno de lugares en los que uno decide anclar antes de profundizarlo.
Para destacar las otras virtudes contamos con la dirección de fotografía, que tiene un gran manejo de los exteriores (vea si no la charla nocturna en el medio del campo), y la compaginación que no abusa en la extensión de los planos cuando estos agotaron su propósito.
Aún con limitaciones de presupuesto, “Villegas” no sólo es de lo mejor de la producción nacional que se estrenó en el año, sino que abre crédito para esperar el próximo trabajo de éste realizador.