Vikinga

Crítica de Diego Brodersen - Página 12

"Vikinga", los cuerpos que recuerdan

El documental pone el foco en Patricia Stokoe, bailarina y coreógrafa que introdujo en la currícula nacional el concepto de Expresión Corporal.

“Un reencuentro casi fortuito con Déborah Kalmar, compañera de mis años de formación con su madre Patricia Stokoe, me convocó a pisar el territorio de la memoria: el estudio de danza de la calle Monroe, en Buenos Aires, tan cerca de mi casa paterna”. Así describe Silvina Szperling, bailarina, realizadora y pionera local en el terreno de la videodanza, el origen de su último proyecto documental, el primero en varios años. Si en Reflejo Narcisa (2014) se zambullía en la vida creativa y personal de la cineasta experimental Narcisa Hirsch –artista solitaria, resistente y abre-caminos–, en Vikinga la mirada (que es observación y también recuperación del pasado) se posa sobre otra figura precursora.

Con sus investigaciones sobre la danza y la publicación de una serie de libros en los años 70, Patricia Stokoe logró que un concepto nada abstracto, bautizado de una vez y para siempre como Expresión Corporal, fuera admitido como parte de la curricula educativa a nivel nacional. Szperling fue su estudiante durante la infancia y adolescencia y eventualmente formó parte del Grupo Aluminé, fundado por Stokoe.

Con todo ese material, Szperling construye un tapiz conscientemente incompleto. Vikinga no es un racconto enciclopédico sino un homenaje vital que va deslizándose cada vez más hacia el terreno de la subjetividad. Cuando la directora viaja a la Patagonia junto a un par de mujeres que pusieron el cuerpo en movimiento en aquel estudio del barrio de Belgrano, la película parece abandonarse a una arbitrariedad innecesaria, pero cuando aparece en pantalla la tumba de Stokoe, emplazada en el cementerio de Bariloche, de pronto todo cobra sentido. No se trata de erigir un bronce sino de recobrar aquello que la persona que ya no está ha instilado en los cuerpos y la memoria de quienes caminaron a su lado durante un tiempo. Por eso el baile en ronda del final, un recuerdo en forma de movimiento que es también pulsión de vida.