Vigilia

Crítica de Santiago Resnik - CineFreaks

Entre el tormento y la locura

Vigilia (2016) es el debut de Julieta Ledesma en largometrajes y definitivamente no es una puntada sin hilo. Con una buena dirección de actores y economía de gestos y diálogos, transformó lo que a primera vista era un historia fantasmagórica en un drama psicológico con los paisajes de Santiago del Estero como otro fundamental personaje.

La historia comienza con la partida de Santiago (Pablo Ríos) y luego su retorno al hogar de sus padres. Con una madre (Mirella Pascual) que pocas veces se encontraba en el mundo de la cordura, su ayudante Tessie (Maria Inés Sancerni) quien hace lo que puede con ella y el padre Ernesto, sostén del hogar, el siempre efectivo Osmar Nuñez, quien tras la vuelta de Santiago pasará de estar cada vez menos como sostén del hogar y más como su mujer viviendo realidades alternas.

Si bien Vigilia es un film que retrata muy bien el descenso de una familia hacia la locura, a veces el drama cotidiano opaca la delicada oscuridad que alcanza, gracias a extrañas secuencias entre Santiago y cada uno de sus padres, o con el perro Arón. La confusión de los personajes se respira y se siente, al igual que los límites de qué es cada cosa, que van volviéndose lentamente borrosos.

Más allá de las buenas actuaciones y escenarios naturales, el film presenta dos puntos negativos importantes: un ritmo que por momentos es demasiado desacelerado por un lado y por otro -curiosamente es lo contrario de lo que suelen sufrir las películas que explican todo- en Vigilia los diálogos faltan, por momentos las secuencias se vuelven tal vez muy crípticas y sumado a la falta de diálogo, el hilo conductor puede tornarse difícil de seguir. Tal vez sea la intención para mostrar dicho descenso a la locura, pero no termina de quedar claro tampoco.