Vigilia

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

Viaje emocional y fantástico

El inesperado regreso de un hijo a la casa de sus padres es el disparador de esta ópera prima de tono fantástico filmada en Santiago del Estero y San Luis. La trama argumental es ambigua y algo farragosa, pero a partir de un imaginativo trabajo de puesta en escena la directora, egresada de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido de la Universidad de Buenos Aires, consigue crear con eficacia una atmósfera densa y enrarecida que funciona como entorno ideal para el despliegue de las pulsiones de los protagonistas, tironeados constantemente por deseos y represiones.

Pensada sobre todo como viaje emocional de sus atribulados personajes, Vigilia tiene también el contorno de la fábula, aunque no necesariamente contenga una moraleja ni un sentido único. A lo largo del zigzagueante recorrido del relato hay pocas palabras, violencia contenida y explícita, un perro cimarrón que continúa al acecho aún después de ser fríamente despachado y una serie de situaciones del agobiante espesor onírico de la pesadilla que, apoyadas por una banda sonora adecuada, terminan caracterizando inevitablemente a la historia.

Es sólido el trabajo de Osmar Núñez, actor de vasta trayectoria que se revela muy preciso en la composición de ese padre huraño y resentido que esconde como puede sus angustias, debilidades y evidentes contradicciones.