Vienen por el oro vienen por todo

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

Un mundo mejor

En los últimos tiempos el tema de la minería ha tomado relevancia pública. Este motivo no sólo sucedió por el derrumbe acaecido meses atrás en Chile, sino también por la carencia de una legislación minera en Argentina. Vienen por el oro, vienen por todo (2010) se articula a partir de la lucha de los habitantes de Esquel contra una corporación que les vendía promesas de humo.

En la ciudad de Esquel, una compañía minera canadiense comenzó a instalarse en 2002 con la oferta de reactivar la economía del lugar eliminando una tasa del 20% de desempleados. Al poco tiempo, un grupo de habitantes vieron que las promesas de una vida mejor se desvanecían cuando, ante la utilización de cianuro en el agua, sus vidas corrían peligro de muerte o trastornos físicos irreparables.

Pablo D'Alo Abba y Cristián Harbaruk nos muestran la historia de un pueblo que luchó contra el poderío económico y político por la defensa de la vida. A partir de esta premisa los documentalistas se dedican a observar el tiempo que duró la puja para que la empresa abandonara el lugar y como actuaron los diferentes sectores involucrados. Así veremos a quienes están a favor de que la minera siga su curso y ponen en la cima de la pirámide a la economía, o quienes piden que se vaya (la gran mayoría) priorizando la vida. También se toman testimonios de los políticos de turno dejando bien en claro la inutilidad para manejar el tema o sembrando sospechas sobre la complicidad que mantenían con los propios denunciados.

Vienen por el oro, vienen por todo presenta un tema actual pero no se queda en la mera denuncia sino que se vuelca hacia la lucha de los habitantes del lugar por lo que ellos consideran justo y como unificándose se puede derrotar a las corporaciones. En esa batalla radica la esencia del documental más allá del costado ecológico, que también está desarrollado, pero que queda en un segundo plano.

La actríz Julieta Dìaz es la encargada de llevar adelante el relato pero no como una voz demagógica capaz de influir en el punto de vista del espectador, sino que su función es la de acompañar la historia y complementarla con datos técnicos que sirven para contextualizar lo que las imágenes ponen en escena.

En Vienen por el oro, vienen por todo no sólo se manifiestan una serie de hechos por una causa que nos afecta a todos sino que, además, todo se articula con un sentido cinematográfico para brindar un relato atractivo por lo que se cuenta y por como se lo muestra.