Viaje al cuarto de una madre

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Escenas de la vida maternal

La exitosa ópera prima de la realizadora sevillana Celia Rico Clavellino es un drama sobre las relaciones filiales entre madre e hija, las esperanzas de una vida plena, las diferencias generacionales y los cambios en los vínculos sociales a partir de las posibilidades de las nuevas tecnologías de comunicación.

En Viaje al Cuarto de una Madre (2018) progenitora e hija intentan sobreponerse de la muerte del marido y padre, que les es recordada una y otra vez por la compañía de telefonía celular que les ofrece promociones que necesitan de la validación del fallecido titular de la línea. Mientras que la hija, Leonor (Anna Castillo), ha tomado el lugar de su mamá en la sastrería del pueblo apenas concluida la escuela, la madre, Estrella (Lola Dueñas), pasa sus días de jubilada encerrada en la casa familiar enganchada con las series de moda. Pero la joven Leonor se siente descolocada en su trabajo y explora la posibilidad de viajar a Londres para trabajar como niñera.

La primera mitad del film trabaja los anhelos y las aspiraciones de la hija mientras que la segunda mitad se centra en el acaecer solitario de la madre. La vida por delante y la necesidad de emanciparse del seno materno de la juventud se contraponen a la falta de incentivos, la dejadez y la indolencia de la vejez, que abren una dialéctica familiar sobre dos realidades aparentemente distintas, pero que se parecen demasiado. Juventud y adultez, dos etapas del ciclo de la vida que dialogan entre sí en este film donde los silencios hablan y denotan complicidades implícitas en la relación madre/ hija.

Con una historia marcada por las sutilezas, los detalles, las ausencias y el pasado no narrado pero siempre presente, el film de Celia Rico Clavellino crea ricos personajes que construyen escenas desde los gestos y los tensos diálogos entre las mujeres. En cada secuencia se percibe el malestar ante la falta de oportunidades, el temor a decepcionar al otro y la búsqueda de una salida de la vida prefigurada.

Lola Dueñas y Anna Castillo realizan una gran labor, complementándose y retroalimentando una ligazón muy intensa figurada a través de la delicadeza de un guión que trabaja muy bien con la idiosincrasia española. En base a las dos actrices y a un puñado de actores secundarios, Clavellino crea un film conciso, por momentos claustrofóbico, que se desarrolla principalmente en la casa de la madre y la hija, pero que traslada la sensación de encierro a cada lugar donde las mujeres van. Mientras que la hija intenta escapar del presidio íntimo y del trauma de la muerte del padre emprendiendo un viaje de trabajo a Londres, la madre se sume en la soledad y el abuso de la tecnología para paliar la añoranza. En lugar de escapar de su estado ambas se sumergen en el malestar, reforzándolo, con resultados diametralmente opuestos para ambas mujeres.

Viaje al Cuarto de una Madre analiza las contradicciones respecto de las tecnologías de comunicación y su abuso, que las transforma en fuente de desencuentros y desavenencias. La consolidación cada vez más acuciante de la sociedad del espectáculo en el hogar, las nuevas expresiones de añoranza y la falta de oportunidades en la nueva España son los ejes de una película que atrapa bajo la calidez maternal y la necesidad de afecto, dos dimensiones humanas impostergables que Celia Rico Clavellino explora en su intimidad para proponer en su primer largometraje un drama social sobre las contradicciones filiales del nuevo capitalismo.