Viaje al cuarto de una madre

Crítica de Gimena Meilinger - Cuatro Bastardos

Viaje al cuarto de una madre: El dolor del nido vacío.
La ópera prima de la sevillana Celia Rico Clavellino es un drama intimista sobre la relación simbiótica, casi asfixiante, entre madre e hija.
La película española plantea la cotidianeidad de 2 mujeres y el conocido “síndrome del nido vacío” cuando la hija decide emigrar de España. ¿Cómo se sigue con la vida a la que estamos acostumbrados ante un cambio así? ¿qué sucede con las rutinas familiares?
“Viaje al cuarto de una madre” narra la historia de Leonor (Anna Castillo) y su madre Estrella (Lola Dueñas), una costurera viuda, que ocupa su tiempo viendo series y estando pendiente de su hija, con la que convive. Leonor ha tomado el trabajo, por herencia, en la sastrería donde trabajaba su madre; pero ella no es feliz haciendo eso, por lo que decide estudiar y trabajar en Londres.
La película propone un introspectivo viaje a las reacciones de las 2 mujeres a partir de la decisión de una de ellas. Por un lado, los anhelos y la libertad al salir del seno materno; por el otro, la falta de motivación para seguir delante de la madre, ante la falta de su hija en casa. Los silencios lo dicen todo sobre esta relación entre madre e hija.
El guion muestra íntimamente ambos mundos de estas mujeres que están en procesos de fuertes cambios, nunca habían estado separadas y la muerte del marido de Estrella había estado calando hondo en la búsqueda de libertad por parte de Leonor. Los mínimos detalles, las ausencias y los recuerdos dolorosos son protagonistas tácitos de la historia.
Lola Dueñas – “Mar adentro” (2004), “Volver” (2006)- se destaca en un rol que merece todo tipo de elogio, más teniendo en cuenta que la actriz española no suele sobresalir en sus papeles, y Anna Castillo – Fuera de foco (2015), “El olivo” (2016) – en el papel de hija llena de conflictos internos y presiones por ser buena hija. Ambas realizan un gran trabajo, logrando un feedback interesante entre las necesidades de cada una, en un ambiente claustrofóbico, generando una sensación asfixiante en el departamento donde sucede casi todo, como en la relación materno – filial.
La ópera prima de Celia Rico Clavellino tiene una fuerza diferente, la cual acompañan a la perfección sus protagonistas, mostrando, desde distintas aristas, la autoridad, la dependencia y una dialéctica en la que no hacen falta las palabras.
Puede parecer aburrida debido a su tono monocorde, pero las grandes interpretaciones hacen interesante la película, de principio a fin. Desde la completa sutileza, sin golpes bajos, profundiza en los sentimientos y sensaciones de madre e hija, a través de sus desencuentros.
“Viaje al cuarto de una madre” ahonda en la separación, por primera vez, de madre e hija, en un espacio único y agobiante, con una extenuante carga psicológica, pero sin llegar a ser ese drama que el espectador espera ante semejante situación inicial de co-dependencia materno – filial, sino una historia sobre el amor y sus mil formas de sobrevivir.