Las crónicas del miedo 2

Crítica de Jonathan Plaza - Función Agotada

Formalmente errática y vacía de contenido

La secuela del film del pasado año intenta llevar a un nuevo escalón el cine found footage apoyándose en la tecnología GoPro y otros tipos de cámaras de hiperportabilidad. El desarrollo de ese tipo de subjetividad en el cine de terror es sin dudas el paso natural que sigue al found footage que pasa por un alto nivel de agotamiento. En este sentido el terror parece ser el género que mejor se amolda a las nuevas tecnologías y esto se debe a que desde hace un tiempo sigue de cerca al otro arte creciente que es el videojuego. Sea por compartir en este momento el mismo target de público o por una necesidad de experimentación formal para subsanar una clara falta de contenido e ideas argumentales. En este punto se me hace necesario decir que esta innovación formal no necesariamente termina dando buenos resultados. Pareciera ser que la falta de ideas no sólo en lo narrativo y argumental sino también en la puesta en escena de estos elementos formales le juega constantemente en contra al subgénero relegándolo a poco menos que un entretenimiento de pre adolescentes que disfrutan más de las peripecias para poder entrar al cine que de los films en sí. Holocausto Caníbal de Ruggero Deodato continúa siendo la mejor película de este género a pesar de tener más de 30 años y eso es porque este buen hombre tenía muy claro lo que quería y creo una estructura en donde la técnica era el mejor para contar lo que deseaba y no al revés como pasa hoy día. Ese era un camino más que posible a seguir luego de la nueva ola found footage de El Proyecto Blair Witch y sobre todo teniendo en cuenta el salvajismo que se pretende en los últimos films del género, terreno en donde intenta tomar fuerza esta nueva V/H/S (y en el que pierde por goleada comparándola con la película de Deodato).

Las Crónicas del Miedo 2 (V/H/S 2) obviamente continúa con la misma línea que la anterior sólo que trata temas con menor profundidad y en algún que otro caso muy poco interesantes intentando solucionar todo con el aspecto formal. En cuanto a esto último resulta por un lado muy tedioso ver como el argumento se mueve sólo para justificar la ubicación de una de las cámaras. Esas cosas resultan muy notorias y afectan severamente la inclusión del espectador en el relato.

En cuanto a los argumentos es necesario separar las historias; "Phase I Clinical Trials" es el primer video y su premisa me recordó a la genial "Mi ojo izquierdo ve fantasmas" del maestro Johnnie To. La historia tiene sus baches argumentales y sus sinsentidos pero en principio resulta interesante de ver aunque todo se desmorone antes de llegar a la mitad y Adam Wingard, su director, no sabe en el final cumplir las expectativas que genera. La segunda historia, "A Ride in the Park", está dirigida por Eduardo Sánchez y Gregg Hale (El Proyecto Blair Witch) y presenta la visión en primera persona, GoPro mediante, de un hombre que se convierte en zombi. Esta que debería ser una de las historias más divertidas del film se niega a avanzar quedando en una circularidad bastante aburrida y terminando en un sentimentalismo bastante torpe. "Safe Haven" dirigido por Gareth Evans y Timo Tjahjanto (este último, director de Rumah Dara) tiene lo mejor y lo peor de la cinta; es donde más se nota la estructuración del argumento en base a las posiciones de cámara que se van a adoptar pero también es la que tiene las imágenes más pregnantes y la que explota más la idea de fiesta gore; también tiene uno de los peores finales. "Slumber Party Alien Abduction" a cargo de Jason Eisener, director de la simpática Hobo with a Shotgun encara el humor bizarro al estar registrada por una GoPro colocada en la cabeza de un perrito y plantea una historia de invasión (con alienígenas de aspecto no menos bizarro); la pieza es sumamente divertida pero cuando la acción se intensifica el maldito perro no deja de moverse y no se entiende absolutamente nada de lo que está pasando; cuando cumple el tiempo estipulado simplemente termina. La suprahistoria que contiene a todas estas vuelve a ser como en el primer film la más floja por la falta total de coherencia y la poca intensión a la hora de desarrollar a los personajes.

En definitiva Las Crónicas del Miedo 2 no termina de funcionar. Si se la toma aún con más ligereza que la debida podemos divertirnos en algún que otro momento pero en general la totalidad del metraje hace que más de una vez nos mordamos el labio inferior.