Las crónicas del miedo 2

Crítica de Carlos Schilling - La Voz del Interior

Mirar es morir

“Crónicas del miedo 2” es un conjunto de historias dirigidas por realizadores que logran resultados desparejos. Un hombre y una mujer llegan a una casa y descubren una serie de videos: cada uno es un episodio.

No hace falta un sentido de lo simbólico muy desarrollado para detectar en las películas de terror basadas en supuestos videos encontrados la invención de un nuevo pecado o de un nuevo tabú relacionado con las cámaras. Así como es un tópico que los niños y los animales perciben presencias sobrenaturales, la tecnología audiovisual tendría una sensibilidad especial para captar lo desconocido. Por supuesto, quien comete el pecado o rompe el tabú, debe atenerse a las consecuencias.

Esa superstición fue el eje de Crónicas del miedo 1 y vuelve a serlo en Crónicas del miedo 2. En este caso, una pareja de investigadores inescrupulosos llega a la casa de un estudiante desaparecido y descubre una habitación llena de monitores de TV encendidos, videotapes apilados y una computadora. Se dividen el trabajo: él va a revisar las otras habitaciones y ella empieza a ver los videos.

En términos de producción, cada video muestra una episodio dirigido por uno o dos directores diferentes (Simon Barrett, Jason Eisener, Gareth Evans, Gregg Hale, Timo Tjahjanto y Adam Wingard); en términos de ficción, son materiales grabados por dispositivos audivisuales pertenecientes a las propias víctimas, desde un ojo electrónico implantado hasta un teléfono celular.

Pese al intento de que la historia-marco, la de la pareja de investigadores, esté mejor integrada a las otras historias que en la primera película y a la voluntad de equilibrar los estilos de todos los directores, hay notables diferencias cualitativas entre los episodios, lo que quizá sea inevitable en una producción colectiva. El primero, el del ojo electrónico –titulado "Ensayo clínico, fase 1"– es el único por el que merece pagarse el precio de la entrada.

Los otros tienden a ser irrisorios o previsibles, cuando no involuntariamente cómicos, aunque el tercero –"Las puertas del cielo"–, dirigido por el indonés Timo Tjahjanto tiene el potencial de un largometraje, con algunos momentos alucinantes que muestran la vida de un secta religiosa conducida por un líder mesiánico. Hay allí un sentido más místico y delirante del horror que se malogra hacia el final y se convierte en un chiste patético.

Si el mensaje implícito de estas Crónicas del miedo 2 consiste en que mirar es morir, entonces habrá que cerrar los ojos.