Vértigo

Crítica de Samantha Schuster - Cinéfilo Serial

La semana pasada se estrenó en los cines argentinos «Vértigo» («Fall» en su título original), una película dirigida por Scott Mann que se centra en Becky, una joven cuyo hobby es escalar. Luego de que su marido se cae de una montaña que estaban subiendo y muere, ella se recluye en su casa y en el alcohol. Para animarla, su amiga Hunter la invita a ascender a la cima de una torre de comunicación abandonada que se encuentra a 600 metros del suelo y totalmente alejada de la civilización. Una vez arriba quedan varadas, sin posibilidades de bajar. Es así como deberán poner a prueba sus habilidades y sus deseos por sobrevivir.

A priori nos encontramos con un gran desafío: cómo hacer que la acción avance durante sus 107 minutos teniendo como única locación a la torre de comunicación, donde las protagonistas no pueden moverse de allí. Partiendo de esta base nos encontramos con un film que plantea un concepto sumamente interesante y que lo logra plasmar en una trama atrapante, intensa y frenética, donde todo es un peligro.

«Vértigo» va más allá de ofrecernos una película de supervivencia sino que también le da cierta tridimensionalidad a las protagonistas con una trama detrás para que empaticemos con ellas y podamos sentir lo que están pasando. Cada nuevo obstáculo por el que tienen que atravesar nos hace sufrir. Además consigue impactarnos a base de giros sorprendentes y efectivos. Tal vez en algunos momentos se vuelve un poco repetitiva por la constante lucha por sobrevivir y buscar una solución para bajar de ahí, pero tampoco es algo que moleste demasiado.

Las protagonistas son Virginia Gardner y Grace Fulton, quienes hacen un buen trabajo tanto interpretativo como físico para ponerse en la piel de sus personajes. Tal vez por momentos las habilidades que tienen para escalar o la fuerza que presentan para ayudar a su compañera hagan que trastabille un poco el verosímil y la credibilidad pero de todas maneras van en consonancia con la historia. Además, contamos con la participación de Jeffrey Dean Morgan como el padre de Becky, que si bien no tiene tanto tiempo en pantalla funciona como para incorporar a una cara conocida en el largometraje y ofrecernos algunos instantes más conmovedores.

Los aspectos técnicos están muy bien logrados. Tanto la ambientación del lugar inhóspito e inalcanzable como los efectos especiales nos permiten creer la historia que nos cuentan sin que haya nada de eso que nos haga dudar de su veracidad.

En síntesis, para aquellos que les gustan las historias que suceden en locaciones acotadas, provocando un clima de puro suspenso y tensión, les recomendamos «Vértigo», que logra atraparnos y ofrecernos una trama impactante, con un buen giro final y atinadas actuaciones.