Veronika decide morir

Crítica de Pabela - La Cinerata

Un drama en la piel de Buffy

Basado en el Best seller(?) homónimo de Paulo Cohelo y dirigida por la todavía ignota Emily Young, Veronika decide morir es uno de esos films de origen americano pero de exibición europea y asiática. En su tierra natal la esperan más bien el próximo año y por supuesto contó este pasado Agosto con un estreno especial en varios cines brasileros donde su recepción fue bastante exitosa.
El argumento se centra en Veronika, una mujer de unos 28 años que parece tenerlo todo: buen trabajo, soltura económica e independencia, sin embargo su constante vacío existencial la lleva a querer suicidarse infructuosamente y despierta no sólo en un psiquiátrico sino además con una severa lesión cardiovascular que la llevará tarde o temprano irremediablemente hacia la tan esperada muerte. Sus días de internación, su relación con otros pacientes y en especial con Marie y Edward poco a poco harán que su percepción de la vida cambien por completo.
No leí la obra original- muchos critican obviamente las omisiones que el film hace de la historia madre- pero puedo decir que este film pasará a mi lista de "indefiniciones" , aun no podría decir si me gustó o no. Tiene muchos aciertos y muchos sinsabores, esos que nos dejan con ganas de más profundidad. Con momentos intensos, de grandes silencios, de primerísimos primeros planos y movimientos de cámara que a veces aportan a la atmósfera y otras perturba el visionado.
El primer gran acierto de la película parecería ser ante todo una Sara Michelle Gellar (Buffy) bastante sólida en el personaje de Verónika y Marisa Leo en la piel de Marie, una mujer atormentada por la pérdida de su trabajo y su posterior separación matrimonial, único lazo posible entre Edward y el mundo de afuera. Actuaciones nada brillantes pero sí destacables que le dan a Verónika decide morir un pilar importante para un film ante todo correcto. Destaca también David Thewlis ( nuestro Lupin del mago) como el director de la institución, un hombre aparentemente tan vacío existencialmente como muchos de sus pacientes. Mientras, Johnathan Tucker interpretando a Edward, un joven que no habla y sin embargo se convertirá en la clave de salvación de Verónika (y de él mismo claro) se mueve a veces con soltura y otras con aires de estereotipo. Algo que de por sí ocurre con varias instancias del film dentro de lo que es el mundo del Psiquiátrico.
Sin grandes pretenciones para la banda de sonido, la película hace uso de ella en las partes claves y necesarias, lo cual la hace efectiva; porque ante todo Young prefiere hacer uso constante de los silencios y miradas que del estrépito musical para provocar las emociones del espectador.
Un film recomendable por sus pocos diálogos llamativos y profundos, por sus instancias más fuertes y por ser seguramente una historia que encantará a muchos y desilusionará a otros. Film que se aprecia mejor con segundos visionados a pesar de sus flaquezas.