Vergel

Crítica de Sergio Araujo - Cinéfilo Serial

Paradójicamente, no deben existir rincones tan llenos de vida como cuando se habla de la muerte, y Vergel es una obra que nos regala esa aventura. Existen pensamientos trágicos y definitivos sobre la muerte, sin embargo existen también nociones casi opuestas, platónicas…fedónicas, en donde la muerte es sobre todo un cambio de estadío para el alma. Esta noción, si se quiere optimista, es la que el espectador encontrará en la película. Un mundo aparentemente asfixiante como el agua (Sensación y elemento muy presentes en la película), pero lleno de vida para donde se mire. En esta encrucijada se desenvuelve la protagonista del film, quien pasa las horas en un país extranjero en el que ni siquiera domina el lenguaje, o que por cuestiones de fuerza mayor no puede moverse o escaparse de donde se encuentra.

Vale la pena destacar sobremanera el trabajo de sus protagonistas: Camila Morgado y Maricel Alvarez. Ambas encarnan personajes con el que es prácticamente imposible no mimetizarse. Llevan con naturalidad y solvencia este viaje anímico vasto de emociones, plantas y amor al que asistirá el espectador.

Sin duda es un invite al pensamiento, a la acción, a la pasión y a la vida. Necesariamente germina en uno un sentimiento sobre el cauce de nuestra propia vida. Hay también en la película, una notable construcción diegética que, creo, apreciarán mucho aquellos espectadores adeptos al cine de Pasolini.

Vergel exhala poesía desde el primer microsegundo de película. No hay sentido humano que no se estimule al verla. Contundente y pictóricamente bella. Si el espectador se predispone paciente y receptivo, apreciará el fluir de la película en una cadencia temporal meticulosa y punzante, como si de una canción del flaco Spinetta se tratase.