Verdad o reto

Crítica de Luciano Mezher - Visión del cine

En el afán de repetir y explotar ideas de terror llega Verdad o Reto, dirigida por Jeff Wadlow y producida por Blumhouse (Actividad paranormal, 12 horas para sobrevivir).
La película sigue la historia de un grupo de amigos que deciden irse de vacaciones a México. Estando allí un joven se acerca a una de las chicas para jugar un juego de verdad o reto en una iglesia abandonada. Pronto descubren que el juego es más real de lo que piensan y que una entidad demoníaca los está persiguiendo para contestar la pregunta ¿verdad o reto?
Cuando una película intenta emular a otras, lo mínimo que se le pide es tratar de mantener un nivel de simpleza. Verdad o reto busca aprovecharse de la fórmula ya conocida de adolescentes en peligro tomando malas decisiones: no sólo es algo visto en miles de películas, sino que además aburre al espectador.

Mientras que la saga de Destino final tenia las ingeniosas maneras en que la muerte atacaba a los sobrevivientes y la cinta Te sigue cosechaba la paranoia no sólo de los protagonistas sino también del público, en Verdad o reto los desafíos son tan simples que agobian. Cuando eligen verdad los problemas de parejas o paternos salen a flote dilatando lo que cualquier amante del género está esperando ¿cuándo y cómo morirá cada personaje? Y en el caso de los retos parecen imposibles de superar, convirtiéndose en excusas más que suficientes para que el demonio tenga siempre las de ganar.
Las actuaciones son pobres en general, aunque nunca se puede pedir mucho en este tipo de cine. Pero se vuelven más inverosímiles cuando los protagonistas son poseídos y ponen unas supuestas caras de locos o psicópatas utilizando un pésimo CGI.