Verdad o reto

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

El quinto film de Jeff Wadlow, "Verdad o reto", propone una estructura tradicional de terror adolescente, pero falla en su traspaso genérico y en las llamativas similitudes con otras películas. Allá por 2001, los expertos del género vaticinaron. Con Día de venganza se cerraba el círculo fagocitándose el boom del nuevo slasher adolescente autoconsciente iniciado en 1996/97 con "Scream: Vigila quien llama".
Cuatro años después, se estrenaba dentro de ese marco La última víctima, una película con ciertas similitudes al clásico April Fools Day, pero para la nueva generación. Una película aceptable, pero hay que reconocerlo, a destiempo. Cry Wolf, o La última víctima fue la ópera prima de Jeff Wadlow, director cuyo título más recordado sería la intrascendente secuela Kick Ass 2.
Trece años después, Wadlow vuelve a llegar tarde con Verdad o reto, la nueva propuesta de la productora especialista en el género Blumhouse. ¿Por qué llegar tarde? Porque a los pocos minutos de corrida "Verdad o reto" lo primero que diremos será "Destino final", para luego dar suerte a una suerte de deja vu. Siete amigos van de vacaciones de primavera a México. No todos son los mejores amigos entre sí, pero es un grupo unido.
Las que sí son mejores amigas son Olivia (Lucy Hale) y Markie (Violett Beane), quienes atravesaron muchas cosas juntas y ahora se encuentran en esa etapa del “primer día del resto de nuestras vidas”, en los que la universidad y otras obligaciones quizás las separe.
Por eso este viaje es importante, aunque Olivia no quiera ir. Noche de playa y bares, Olivia conoce a un chico que se muestra muy caballero, Carter (Landon Liboiron) y que invita al grupo a terminar la noche en una zona alejada apropiada. El lugar es una cueva, o lugar en ruinas, adentro, algunas referencias culturales religiosas.
Una vez allí, Carter propone un juego, el clásico verdad o reto. Todos participan, sin imaginarse las consecuencias. A la primera de vueltas, Carter revela sus reales intenciones, pero ya es tarde. Este juego de verdad o reto no será uno más, cada vez que eligen verdad deben rebelar un secreto especial, o mueren; si eligen reto, lo mismo, o cumplen el reto, o mueren.
La vida y la unión del grupo estará en riesgo de ahí en más hasta poder averiguar cuál es la verdad detrás de todo esto. Cinco guionistas hay detrás de "Verdad o truco", contando al propio Wadlow. Por esta misma razón, se hace tan inexplicable que hablemos de un producto genérico, vacío no solo de originalidad, sino de alma o impronta propia.
"Verdad o reto" prácticamente carece de sangre, no hay altas dosis de comedia, ni un ritmo que la convierta en un film divertido o paródico. Nada de lo que sucede adquiere gran relevancia, y tampoco hablemos de momento de susto o espanto, no los hay. Solo algunas muertes parecen inventivas a lo "Destino final", pero ya se han visto muchas iguales, y acá no se caracterizan por su pericia o por exponerlas de un modo sangriento como en aquella saga.
Todo lo contrario, si algo saben hacer el director y el director de fotografía es cortar justo para que no se vea nada. Hay un intento de atemorizar con unas caras y voces que transforman a los personajes; además de ser un recurso repetitivo, no da miedo.
Dueña de un montaje poco estructurado, se pasa de una a otra escena, de un modo aleatorio, aportando a que nos perdamos, y podamos ver a los personajes cometer actos sin justificación lógica. No es que hablemos de una propuesta necesariamente mala, no hay mucho para odiarla tampoco. "Verdad o reto" cae en la más peligrosa de las caracterizaciones, es aburrida. Su hora cuarenta se hace eterna. Estas películas suelen tener una mecánica, como si la historia fuese un juego con reglas internas.
En "Verdad o reto", las reglas no son muy claras, y la mecánica u orden a respetar por la muerte, menos. Todo es muy confuso, y tampoco ayuda a que nos interese. Los personajes también caen en lo genérico y cliché.
El grupo es variado para que cada uno cumpla una función específica, y hasta se contradicen en sus acciones. Lo peor, ninguno llega a importarnos como para pedir que se salven. Otro elemento huele raro en "Verdad o reto", no solo hablamos de una propuesta demasiado genérica que no logra destacarse en ningún punto.
Más allá de tener una base similar a la saga "Destino Final" (cosa que otras películas como "Siete Deseos" también hacía), hay otras películas en las que directamente parece haber tomado algo más que una inspiración.
Desde "Destino Final 2", al telefilm del año pasado "Truth or Dare" (¡mismo título!), y las más evidente, la mexicana presentada aquí en el último BARS, "Deseo Deseo"; "Verdad o reto" tiene escenas calcadas, derivaciones del argumentos idénticos, y demasiadas coincidencias como para dejarlas pasar.
Todo huele muy raro, y para peor, a un nivel siempre inferior de las películas a las que “emula”. Verdad o reto no llega a ser una mala película, es una poco estimulante, incapaz de cumplir con los puntos básicos del género. Más que fallida, es profundamente intrascendente.