Verano del '79

Crítica de Marcelo Cafferata - Revoleando Butacas

Lo primero es la familia

Julie Delpy, más reconocida en su carrera como actriz ("Blanc", la trilogía de Linklater con Ethan Hawke "Antes del amanecer" "Antes del atardecer" "Antes del anochecer", "Flores Rotas" de Harmusch o sus propios films "2 Días en Paris" "2 Días en New York") que como realizadora, cumple aquí ambas funciones y retrata en "Verano del '79" una típica reunión familiar en la zona de la Bretaña francesa.

El cumpleaños de la abuela Amandine -eje de una familia completamente matriarcal- es la excusa perfecta para pasar un par de días juntos: primos, tíos, parejas, adolescentes, niños, hermanos, familia política ... todos los lazos familiares sobre los que Delpy pondrá su lupa, observándolos detenidamente y retratándolos durante este gran festejo.

Lo más interesante del planteo es que durante la mayor parte del relato, las situaciones están atravesadas por la mirada de Albertine, que hoy vuela con el recuerdo hasta ese momento, en donde tenía once años y estaba en plena etapa transicional. Ese momento en donde abandonar la niñez resulta complicado, pero más dificil aún parece ser la entrada en el universo adolescente.

Los momentos donde Albertine lleva las riendas del relato son precisamente los más sólidos y los mejor logrados, no solamente porque el pulso ficcional es claro y preciso, sino porque además Lou Alvarez tiene una frescura y una simpatía, una naturalidad totalmente contagiosa, además de un hermosísimo rostro para la pantalla.

El título original "Le Skylab" hace referencia a que justamente durante ese fin de semana estaba pronosticado que cerca de esa zona, caería el satélite.
A partir de varios comentarios del peligro que esto puede significar, aparece en la cabeza de la pequeña protagonista el tema del fin, de la muerte, que de todos modos apenas sobrevuela livianamente el relato y no se encuentra tan presente como en otros filmes de reuniones familiares en donde el punto de reunión se genera justamente por la muerte de algún familiar. Sin dejar de estar presente (Albertine va a saludar a la noche a sus abuelas antes de dormir, por las dudas que se mueran mientras duermen), el tono del relato de Julie Delpy no está abordado desde el drama ni desde la tragedia.
Todo por el contrario, siempre tiene una mirada simpática y tierna para con sus personajes, llena de sentido del humor y sobre todo con esa mirada infantil, de recuerdos, de experiencias vividas que atraviesa completamente el relato.

En que se diferencia Delpy de otros realizadores de su generación como Desplechin (y sus disfuncionales familias de "El primer día del resto de nuestras vidas") o Rémi Bezançon (de "Amor de familia" o "Un suceso feliz")?
Que no logra tener ni la acidez de Desplechin ni la profundidad en el análisis de ambos.

Uno de los puntos flojos del guión es que la abuela Amandine ha tenido seis hijos, con diferentes maridos. Con lo cual, en la reunión familiar cada uno de ellos asistirá con sus parejas más sus hijos, se le sumarán otros personajes como el tío desmemoriado y extraviado como hay en cualquier familia más algunos lazos políticos.

Entonces Delpy tiene que lidiar con una gran cantidad de personajes sin terminar de profundizar y darles características distintivas a cada uno de ellos, habiendo algunos personajes que no asoman más allá de lo meramente decorativo (incluso la Albertine adulta, un desperdicio para semejante actriz como Karin Viard).

En este caso, más termina siendo menos y Delpy padece el hecho de tener que lidiar con un batallón familiar en pantalla. Por el contrario, algunas escenas del grupo de los chicos o inclusive las de los adolescentes de la familia, son desconectadas hábilmente fuera del gran bullicio familiar -que se retrata desordenado en el encuadre en pantalla pero también se desordena en el guión- y se constituyen en el punto fuerte del relato.

Con un registro más cercano a otra realizadora francesa sumamente interesante en el abordaje de la mirada de los niños en el mundo familiar adulto, Carine Tardieu, de quien se ha visto en varios ciclos la deliciosa "La tête de maman" y en la última edición de Les Avants "Du vent dans mes mollets", Julie Delpy prefiere pintar a esta gran familia a través de algunas pinceladas que van desde las diferencias de cada una de las parejas hasta las rencillas por temas que jamás conviene abordar en una mesa familiar (política / religión) incluyendo acertadamente algunos momentos muy tiernos como los juegos de cartas en familia, cantar canciones en la sobremesa o las travesuras infantiles que festejan los adultos.

Es una pena que el guión de "Verano del '79" no haya podido abordar a fondo alguna de las lineas del planteo, quedando como a mitad de camino y sin poder definir exactamente lo que quería contar aunque si acierta completamente en el tono narrativo ágil y simpático.
Estas postales que elige a manera de "polaroids" de una época, alcanzan para trazar el retrato de los años '70 de esta típica familia francesa de provincia, ya sea desde las ideas políticas o progresistas de los padres de Albertine como de ese recuerdo plagado de ternura que tiene ella sobre sus padres -hay mucha dulzura y naturalidad tanto en el vínculo entre sus padres como los lazos de ella con cada uno (notables los diálogos entre y su padre o en el momento que les anuncia que se ya es toda una "señorita")-.

Y más allá de ciertos desniveles en el guión, un punto fuerte es el elenco que Delpy ha logrado conducir exitosamente, logrando trabajos deliciosos tanto en Emanuelle Riva y Bernadette Lafont como las abuelas, la propia Julie Delpy y Eric Esmolnino como los padres de Albertine y los roles de Noémie Lvovsky (tia Monique), Dénis Menochet (tio Roger) y una graciosísima Valérie Bonneton como la tía Micheline.

Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián 2011, "Verano del '79" es una mirada con humor y ternura a un tiempo pasado en el que han quedado guardados algunos momentos imborrables y un puñado de anécdotas que son parte de los personajes y de nosotros mismos.