Vera

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Vera Gemma vive a la sombra de su famoso padre, el legendario actor de Spaghetti Western Giuliano Gemma. La actriz se interpreta a sí misma y toda la película es una mezcla de documental sobre ella con una ficción construida alrededor de su persona. No sabemos cuánto de la película es real y cuánto está armado. Algunas cosas se pueden definir más o menos con facilidad, pero muchas otras juegan al límite. Gem tiene problemas para relacionarse y sufre la superficialidad de vínculos con hombres que no están preocupados realmente por ella. Con más de cincuenta años, Vera intenta buscar en Roma la respuesta a sus angustias. Busca mantenerse joven y lucir espléndida, aunque en el fondo la figura de su padre es un refugio y a la vez una sombra. Un retrato de Giuliano Gemma sobre su cama habla de una relación especial.

Vera es, en definitiva, encantadora. Sincera, complicada, generosa hasta la inocencia, tratando de ayudar, cayendo en la trampa de quienes sólo desean aprovecharse de su nombre. Cuando accidentalmente se cruza con un niño al que su chofer choca, decide ayudarlo en todo lo que pueda, aunque tal vez eso pueda producir en ella una nueva herida. Y también tiene una amiga que no es otra más que Asia Argento, la hija del gran director Darío Argento. Ambas mujeres comparten la problemática herencia de padres famosos y admirados por todos. Las charlas entre ellas fluctúan, de eso no hay duda, entre lo escrito y lo improvisado y la película saca provecho de ambas cosas. Vera Gemma, la real o la inventada, es un gran personaje cinematográfico.