Venom

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Un nuevo superhéroe en la pantalla grande y van… ¿cuántos? Difícil saberlo cuando los universos cinematográficos de Marvel y DC se expanden año tras año. Lo cierto es que Venom asoma como el intento de crear una nueva saga centrada en esta particular criatura en la que conviven un hombre y un extraterrestre viscoso.

Venom tiene el mismo problema que todos los inicios de sagas, y es que no logra despegarse de su carácter de prólogo introductorio a un relato macro. Todo suena automático y reglamentario en este film que marca la llegada del personaje al mundo audiovisual de Marvel. O, mejor dicho, el regreso, ya que Venom fue el enemigo de El Hombre Araña en Spiderman 3, el cierre de la trilogía a cargo de Sam Raimi.

Si allí Venom era interpretado por Topher Grace, ahora le toca a Ton Hardy. El británico es Eddie Brock, un reputado periodista que cava su tumba profesional cuando se mete con quien no debe. Sucede que en una entrevista con el multimillonario empresario Carlton Drake (Riz Ahmed, de la serie de HBO The Night Of), en lugar de ceñirse a las preguntas pautadas, interroga sobre una serie de juicios en su contra.

Sin trabajo y sin su mujer (Michelle Williams), Brock terminará involucrado en una serie de experimentos de la empresa de Drake con extraterrestres gelatinosos y amorfos capaces de meterse en las personas y tomar el control de sus cuerpos.

Lo que sigue es el clásico enfrentamiento entre Brock/Venom y Drake. La película no elude ninguno de los lugares comunes del género de los superhéroes, sumándole algunas vueltas de guión que de tan casuales se vuelven arbitrarias. Sin gracia pero tampoco grave, al menos debe agradecérsele a Venom la humildad de no pelear por salvar el mundo ni la galaxia, sino por su entorno más cercano.