Venimos de muy lejos, la película

Crítica de Paraná Sendrós - Ámbito Financiero

Buen registro de probada obra del Grupo Catalinas

La epopeya de la Gran Inmigración y su crisol de razas, con todos aquellos que bajaron de los barcos, empezaron de cero e hicieron patria, ha inspirado gran cantidad de obras escénicas generalmente celebratorias o evocativas, y a veces también amargas. En 1990, con las heridas de una reciente debacle nacional, el Grupo Catalinas Sur, de esa esquina de la Boca, creó su propio homenaje, entre tierno y admirado, a sus ancestros. "Venimos de muy lejos" es, desde entonces, una pieza mayor de su repertorio de teatro callejero, y como tal se ha dado en diversos rincones y plazas de la ciudad, y de otras ciudades, y se sigue dando todavía en su galpón de calle Pérez Galdós.

En el cincuentenario del barrio, los treinta de la compañía, y los ecos del Día del Inmigrante, que fue ayer, se estrena ahora la película. En ella vemos escenas principales de dicha obra, representadas en distintas partes de Catalinas, otras donde los teatristas discuten acerca de lo que debe mostrarse en la película, y unas más con el boceto de una hilación familiar (el abuelo, el hijo que lo banca y el nieto que está filmando).

Enriqueciendo de veras el conjunto, aparecen cada tanto fugaces testimonios documentales de inmigrantes de la Segunda Posguerra e inmigrantes actuales, "cabecitas" que recién están empezando a forjar su propia gesta.

Sainete y sátira

Esto daba para más, pero al menos lo que hay está bastante bien. Hay partes emotivas, como la canción del comienzo ("Venimo a la Aryentina, queremo laborar"), o la otra sobre las cartas a la familia lejana. Y varias de sainete medianamente logradas. O con grandes títeres, satirizando a la empleada pública y "los milicos" a la manera de un circo político. Y una versión facilona y "políticamente correcta" de aquel raro episodio, cuando en 1882 unos genoveses crearon en serio la Repubblica Independente della Boca ("con amore e libertá, pizza e fainá, dice el cántico) y tuvo que intervenir el propio presidente de la Nación, general Roca. Pequeño detalle que no aparece en la obra: habían informado de la secesión al rey de Italia, al que juraban lealtad. Después otros la fundaron de nuevo, ya solo con intención cultural y humorística. También crearon la Orden del Tornillo, un club de fútbol, famosas cantinas, etcétera. Pero ésa es otra historia.