Venganza

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Luego de salvar gente en “La lista de Schindler”, Liam Neeson se dedicó casi exclusivamente a matar gente en una serie de policiales exitosos. El último es esta “Venganza”, que viene con una diferencia. Se trata de la auto-remake del director noruego Hans Petter Moland, que muda la acción de su durísimo y brillante policial “En orden de desaparición” a un pequeño resort de esquí cerca de Denver donde un tipo común y corriente, el encargado de mantener la nieve fuera de las rutas, ve su vida destruida cuando le dicen que su hijo murió de una sobredosis. Eso lo lleva a sospechar porque su hijo no se drogaba, y poco después se topa con alguien que le cuenta la verdad: lo mataron unos narcos.

Ahí empiezan las masacres. Algunas películas están divididas en capítulos, pero la narrativa del film noruego y también de éste es muy original. Cada capítulo lleva el nombre de un muerto, y hay muchos capítulos. El asunto más interesante del guión es que el vengador mata tan discretamente a sus mafiosos que el jefe narco le echa la culpa a la banda contraria, por lo que también arranca una guerra de narcos.

Este detalle logra que esta nueva versión tenga vida propia y no sea un calco del film de 2014. Aquí la otra banda de narcos está integrada por pieles rojas (en el original eran serbios), y estos miembros de los pueblos originarios mafiosos son algo que hay que ver, logrando que si el film ya fuera de por sí muy bueno, mejore. Una gran cualidad de Molland es cómo logra volver interesante hasta al último personaje secundario, y en este sentido también que Liam Neeson conserve la verosimilitud en todo momento, algo que no siempre ocurre en sus policiales.