Varda por Agnès

Crítica de Karina Botello - Las 1001 Películas

Autobiopic.

Varda por Agnès es un documental sobre cómo hacer un documental, pero también una exquisita narración autobiográfica dirigida por la talentosa, multifacética y encantadora Agnès Varda. Esta película le significó, en 2018, los premios Donostia en el Festival de San Sebastián y el Oscar honorífico por su carrera.

La legendaria directora feminista hace un recorrido por su vida y toda su producción artística, intercalando un diálogo con un público real (parte del film la muestra dando una clase magistral en un teatro y luego siendo entrevistada) a la vez que imaginario, contando las historias que inspiraron su labor como directora, fotógrafa y artista plástica, desde 1956 hasta este año en que nos dejó.

En este film vemos el lazo de la vida y el cine dado por una forma de mirar el mundo de manera rebelde a la vez que extraordinaria, una especie de rapsodia de sus creaciones que van de aquella mujer reconocida miembro de la Nouvelle Vague francesa (generalmente conocida por sus directores) hasta sus preocupaciones por el medio ambiente.

Filmar el amor, su amor por Jacques Demy, el matrimonio, la familia y su crítica, la playa, los pájaros, los niños, los cuerpos de las mujeres, la importancia de los colores en la composición de una escena, el azar, son algunos de los motivos que la directora resalta como característicos de su obra y que dieron cualidades únicas a su estilo.

Si bien hay mucho trabajo de archivo y cita, Varda puso a jugar toda su creatividad para hacer de un documental una película, combinando los recursos cinematográficos y la reflexión sobre ellos, como si todo fuera una gran instalación completamente atrapante, que recorremos en un travelling divertido y apasionante.

A través del lema “inspiración, creación, compartir”, que es el motor del relato, se van conjugando con imágenes entrañables la realidad y la representación, el movimiento y la captura visual, el tiempo objetivo y subjetivo, todos temas de esta exploración retrospectiva e introspectiva que nos ofrece Agnès.

Esta película resulta un legado que reúne cinco décadas de una de las cineastas más desafiantes de la historia del cine, que ahora nos mira desde algún lugar, a nosotros espectadores, con una sonrisa tranquila y sabia.